NO MORIRÉ SINO QUE VIVIRÉ PARA CONTAR LAS MARAVILLAS DEL SEÑOR

A los 50 años recibió una noticia que nadie quiere escuchar: cáncer de seno. Seis años después, un nuevo diagnóstico sacudió su vida: cáncer de riñón. Tres años más tarde, el enemigo regresó con fuerza: metástasis en los pulmones, el diafragma y los ganglios. Las estadísticas no estaban a su favor. Pero su historia no terminó ahí.Este libro recoge el conmovedor testimonio de una mujer que desafió todos los pronósticos médicos y que hoy, por la misericordia de Dios, está completamente libre de enfermedad. No solo sobrevivió: fue transformada.A lo largo de estas páginas, la autora comparte su propio camino de sanidad y fe, junto con los relatos de otras mujeres que también experimentaron milagros cuando todo parecía perdido. Desde cultos de sanidad hasta momentos de profunda intimidad con Dios, este libro es un tributo al poder de creer aun en medio del dolor más profundo.No importa cuál sea tu trasfondo o creencia: estas historias te recordarán que, mientras hay vida, hay esperanza. Y que incluso cuando todo parece terminado… Dios tiene la última palabra.