Tras la guerra civil que tuvo lugar tras la muerte de Fruela II, tío de Ramiro II, este se hizo con la corona leonesa, y se inició con su reinado uno de los de mayor trascendencia en estas tierras. Ramiro II supo y quiso mantener la cohesión de su reino y retrasar por Oriente la norma apartadiza de Castilla. Su acto más glorioso, sin duda, tuvo lugar con la victoria de Simancas, en la que leoneses, castellanos y navarros corrieron la balanza de su destino al punto de igualdad con el Califato.