Se anubla el cielo: en la oscuridad estremecida y tormentosa de eclipse, la Historia juega su ajedrez de sombras. Lúcida y firme, la mirada de Octavio Paz se enfrenta críticamente, con tensión moral inclaudicable, a este mundo. Como en Tácito, la moral del estilo es aquí inseparable de la dramática moral de la Historia. Una primera parte, que da título al libro, examina -los cambios de la opinión y del ánimo de las naciones del Viejo Mundo; las crisis de la democracia imperial de los Estados Unidos y su contrapartida, la del sistema de denominación burocrática de Rusia; la revuelta de los particularismos, sobre todo en los países de la periferia; la modernización, sus peligros y sus dificultades-. Un diálogo aleccionador y conflictivo, a modo de ejemplo o alegoría moral, cierra esta parte. En la segunda, tres grandes bloques textuales, -México y Estados Unidos: posiciones y contraposiciones-, -América Latina y la democracia- y -Crónica de la libertad-, reveladoramente agrupados bajo el rótulo de -Los días que corren-, centran en nuestra específica área social y cultural el valeroso debate ético del autor, tanto ante -la expansión y multiplicación de las ortodoxias ideológicas, cada una con pretensiones de universalidad-, como ante -la Ilaga de nuestras sociedades: el terror del Estado y su contrapartida, el de las bandas de fanáticos-.
Ficha técnica
Editorial: Seix Barral
ISBN: 9788432230332
Idioma: Castellano
Número de páginas: 208
Tiempo de lectura:
4h 54m
Encuadernación: Tapa blanda
Año de edición: 1990
Plaza de edición: Barcelona
Alto: 18.0 cm
Ancho: 11.0 cm
Especificaciones del producto
Escrito por Octavio Paz
Octavio Paz (México 1914-1998) inició su actividad literaria a muy temprana edad, colaborando en revistas culturales y diarios a partir de 1932. Tras fundar en Yucatán en 1936 una escuela para hijos de campesinos, viajó a España y Francia (1937 y 1938). En España asistió al Segundo Congreso Internacional de Escritores en defensa de la Cultura. Trabajó como periodista en México de 1938 a 1944, año en el que se trasladó a Estados Unidos como becario de la Fundación Guggenhein para ingresar, poco después, en el servicio diplomático mexicano, que le llevó a destinos como París, Tokio y Nueva Delhi. Nombrado embajador de México en Nueva Delhi en 1962, dimitió de su cargo en 1968 como protesta por la matanza de la Plaza de Tlatelolco. Después de varios viajes y estancias en Estados Unidos y en Inglaterra, se afincó de nuevo en México, donde fundó en 1971 la revista Plural, suplemento literario del diario Excelsior, que abandonó en 1976 para fundar la revista Vuelta.