Sinopsis de VIDA Y VISIONES DE HILDEGARD VON BINGEN
La vida sobre Hildegard von Bingen (1098-1179), escrita pocos años después de su muerte por el monje Theoderich von Echternach, permite una aproximaciÛn directa a una de las figuras más fascinantes y multifacéticas del Occidente europeo. Sus escritos sobre las propiedades medicinales de las plantas y las virtudes de las piedras preciosas y los metales; sus tres grandes obras proféticas (Liber Scivias, Liber vitae meritorum y Liber divinorum operum), impulsadas por una facultad visionaria que la ha hecho célebre; sus más de setenta canciones lit?rgicas, que compuso sin haber recibido ninguna educaciÛn musical; o su intensa correspondencia con los personajes más relevantes de su época ñel papa Eugenio III, Federico I Barbarroja o Bernardo de Clairvauxñ dibujan el perfil de un destino extraordinario y enigmático.
Ficha técnica
Traductor: Victoria Cirlot
Editorial: Siruela
ISBN: 9788478443697
Idioma: Castellano
Número de páginas: 272
Tiempo de lectura:
6h 27m
Encuadernación: Tapa blanda
Año de edición: 1997
Plaza de edición: Madrid
Alto: 23.0 cm
Ancho: 16.0 cm
Especificaciones del producto
Escrito por THEODERICH VON ECHTERNACH e Hildegarda de Bingen
La abadesa de Bingen es una de las mujeres más representativas de la Edad Media occidental, con una gran influencia en la historia de su tiempo. Ofrece un ejemplo excepcional de lo que una mujer podía realizar en el siglo xii, tanto en el plano de la acción como en el de la vida religiosa, científica y artística. Su figura se impone por la cualidad de sus experiencias, por su curiosidad científica y por su energía reformadora. Fue una mujer culta (conocedora de Lucano y Cicerón), una de las místicas más importantes de todos los tiempos y, además, compositora, poetisa, conocedora de las plantas y animales (identificó una cuarentena de peces que vivía en los ríos próximos a su convento), observadora de los fenómenos naturales, de los caracteres y enfermedades humanas, interesada por los mitos cosmológicos, las fantasías y los símbolos del mundo. Rompió las barreras morales y físicas de su época al fundar su propio monasterio en un siglo en el que las órdenes femeninas dependían enteramente de su alianza con una orden masculina a la que se sometían. Siguió con gran atención los movimientos políticos y espirituales de su tiempo, manteniendo una abundante correspondencia con papas, emperadores, obispos, abades, en la que reclamaba valientemente atención a sus propuestas de reforma y en la que denunciaba la corrupción y la simonía.