Hay en cada época de la civilización un transtorno de la vida psíquica que se convierte en el representante simbólico donde convergen las líneas del discurso social. Si la histeria lo fue con respecto a la represion sexual, y sobre todo a la represion sexual femenina, la bulimia y la anorexia se erigen hoy en los portavoces de un deseo atrapado en las redes de lo imaginario. Se vive en un mundo donde se idolatra la imagen.Por otra parte, el consumo indiscriminado nos convierte a todos en verdaderos adictos con el fin de saciar la angustia. No hay espacio posible para la espera; es la cultura de la inmediatez, de lo perentorio. La elaboracion psiquica retrocede a medida que crece la imperiosa necesidad de actuar.¿Cuales son las potencias ocultas que desafian el raciocinio imponiendo la ley del goce inmediato? ¿Que lugar ocupan en la organizacion psiquica? Apelando a la clinica, el autor propone, con un lenguaje claro y sencillo, abrir una reflexion teorica sobre la vida pulsional.