Los más agudos y vitales hijos de nuestro tiempo sufren de una afección desconocida para los médicos del cuerpo y el alma. Esta afección tiene relación con un achaque espiritual y puede ser llamada "ironia". Sus manifestaciones son accesos de risa agotadora, que se inicia con una sonrisa provocadora y diabolicamente burlona, y termina con el escandalo y la profanacion. Conozco gente dispuesta a desternillarse de risa al saber que su madre se esta muriendo, o que la novia los ha engañado con otro, o que el hambre los esta matando. Un hombre se carcajea y uno se pregunta si el se pondra a beber alguna esencia de vinagre tan pronto como se aleja, y si uno lo volvera a ver alguna vez. Para mi es muy gracioso que esta misma persona, desgarrada de risa, que pregona que es vejada y abandonada por todos, es como si estuviera ausente; como si no existiera, como si solo su boca se carcajeara. Yo lo quisiera sacudir por los hombros, tomar de las manos, gritarle para que deje de reirse de lo que le es mas valioso en la vida, pero no puedo. A mi mismo me desarma el demonio de la risa, hasta tal punto que desaparezco. Desaparecemos. Cada uno de nosotros es solo risa, juntos somos unas desvergonzadas bocas carcajeantes.