La creación de empleo ha ocupado un lugar fundamental dentro de las agendas políticas nacionales desde las crisis de la década de los años 70. La visión dominante en torno al problema del empleo (y del desempleo) ha partido de una perspectiva esencialmente cuantitativa. Los cambios en la organizacion del trabajo, la aparicion de nuevas formas de contratacion o la adopcion, en general, de politicas publicas orientadas a la activacion y al fortalecimiento de la oferta, han sido causa de importantes transformaciones en el mundo de trabajo.