Si NO conoces a Curtis Garland HAS TENIDO SUERTE, te quedan miles de novelas, de género negro y del oeste, de ciencia ficción y de terror, de tema bélico e incluso algunas, muy pocas, de karatekas. Si lo conoces va a ser mejor, porque aquí no hay uno sólo sino dos Curtis Garland. El primero ha preparado un relato plagado de trampas y esquivos personajes con algo terrilble que ocultar y el segundo encima nos pinta una Barcelona nunnca antes visto en sus novelas… Vas a leer una novela que empieza con esta frase: "Nunca olvidaré el día en que maté a Francisco Franco". Curtis Garland más fuerte que un toro. Robert Juan-Cantavella
Shylo Harding, joven escritor norteamericano de novelas pulp, viaja a Londres de vacaciones para visitar la famosa mansión-museo de Sherlock Holmes situada en el 221 de Baker Street. Tras recordar algunos de los famosos casos del conocido detective, Shylo Harding hace, por sorpresa, una pregunta al guia: Estamos en la casa donde vivio y resolvio sus casos Sherlock Holmes, pero ¿cual fue la causa de su muerte? El guia, sorprendido por la insolita pregunta, y ante las ironicas sonrisas de alguno de los visitantes, responde, balbuciendo, que Sherlock Holmes fue un personaje de ficcion; que no sabe nada sobre su muerte... Al salir del museo, Shylo Harding, es parado por una joven que habia escuchado la conversacion, y le habla de un caso ocurrido en 1897, que quedo sin resolver, y por el cual ahorcaron, en su dia, a un hombre inocente. Lo llamaron, entonces, Los Crimenes del Degollador. Al dia siguiente, despues de recorrer otros lugares turisticos de Londres, al volver al hotel, el conserje entrega a Shylo Harding un antiguo manuscrito, que alguien dejo para el, con datos de la epoca sobre Los Crimenes del Degollador...
Una novela repleta de acción, con un fnal sorprendente, que transcurre en una época muy atractiva de la historia de España: la de la corte de Felipe IV. Intriga que agradará a los lectores de novelas de aventuras y de historia. Recuerda las novelas de Alfonso Mateo-Sagasta.En un Madrid sórdido, feo y oscuro, nido de mendigos y espadachines, de felones y busconas, de nobles y plebeyos, de pillos y ladrones, un profundo y sangriento misterio, una sombría conjura sin aparente razón ni sentido, siembra el terror y la muerte en sus callejuelas siniestras. La clave del enigma se halla, extrañamente, en los pinceles de un artista y en una pesadilla hecha de espejos rotos y de sangre.