Este primer volumen, precisamente, incluye su Panatenaico, texto sentido y de gran riqueza en alabanza de Atenas, que contrasta con las habituales muestras puramente formularias del género laudatorio; se completa con Contra Platon: en defensa de la Retorica, donde Aristides arremete contra el prestigio de los filosofos y ensalza a los grandes oradores.Durante el siglo II d.C., en el territorio griego sometido al Imperio Romano, se vivio la epoca denominada Segunda Sofistica, un renacimiento cultural en que la retorica se fijo en los modelos clasicos y los grandes prosistas prescindieron de sus inmediatos predecesores helenisticos para copiar y comentar a los autores del periodo aureo ateniense.En este contexto se destaco el sofista y retorico Elio Aristides (117-189 d.C.), que gozo de enorme fama en la Antiguedad: como himnografo, diarista, panegirista, consejero y declamador, es una figura clave en la transmision del helenismo. Tras cursar estudios en Atenas y Pergamo, viajo a Egipto, Cicico y Roma, en una serie de viajes que le aporto una vision general del hombre y sus sociedades. Vivio muchos años en la costa jonia Esmirna, Pergamo, Efeso, ejerciendo como conferenciante y maestro. Enfermo, tal vez hipocondriaco supersticioso, fue a Pergamo para pedir curacion al dios Asclepio, y en esta ciudad permanecio diez años a la espera de un remedio que, a su parecer, se le fue revelando en una serie de sueños. Mientras aguardaba establecio relacion con varios personajes eminentes del Imperio Romano que tambien acudian a Pergamo y a Asclepio: Marco Aurelio, por ejemplo, quien para complacerle reconstruyo Esmirna despues de un terremoto.Entre los temas recurrentes y predilectos de sus discursos figuran los piadosos, reflejo de su intensa vida espiritual (que algunos calificaron de supersticion), con una serie de himnos en prosa a dioses y diosas, la alabanza de la armonia civica, la historia clasica y los panegiricos de ciudades, dentro de la tradicion encomiastica.
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