Tate Cantrell se quedó paralizada en la puerta de su casa, aislada en la montaña. Aquel desconocido armado era un preso que se había fugado de la cárcel. Estaba herido y necesitaba ayuda urgente.Carl Petersen se habia propuesto dar con el traidor que lo habia vendido, pero una bala lo habia herido y se hallaba solo en pleno bosque. No sabia que estaba a punto de encontrar a la mujer que iba a iluminar su existencia, la mujer con la que cumpliria una cadena perpetua de amor Sin embargo, pronto tendria que huir de nuevo porque, si los encontraban juntos, podria no ser el unico que pagara con su vida.
Tessa MacRae se sintió atrapada en cuanto aceptó pasar el verano ayudando a su madre y a su abuela a arreglar la vieja casa familiar. Nunca había estado muy unida a aquellas dos mujeres, pero tenía la esperanza de que pasar un tiempo alejada de su marido la ayudaria a encontrar el porque del fracaso de su matrimonio. El verano comenzo con las tormentas emocionales que tan bien conocian las tres. Helen, la matriarca del clan, era dominante, mordaz e incapaz de demostrar afecto alguno. La madre de Tessa, Nancy, parecia haber centrado su vida en trepar en la escala social. Pero, poco a poco, Tessa entro en contacto con la historia de su familia, una historia llena de dolor. Y por primera vez en su vida, fue capaz de olvidar los resentimientos y ver a su madre y a su abuela como las mujeres valientes y luchadoras que siempre habian sido.
Las hermanas Donaghue habían compartido todas las alegrías y tristezas de una complicada existencia, y las tres se encontraban en su propia encrucijada. Megan tenía que luchar para sacar a flote su matrimonio, Casey se estaba adaptando a su nueva vida y Peggy, la menor de las hermanas, había dejado de lado su carrera médica para cuidar a su hijo autista... Entonces apareció una tía suya cuya existencia desconocían. Peggy no dudó en aceptar el ofrecimiento de la anciana Irene e irse a vivir a su casa con el pequeño Kieran... Pero no todo el mundo se alegraba de la llegada de la joven madre. El doctor Finn O'Malley, el médico de Irene, lamentaba la instantánea unión que había surgido entre Peggy y su paciente. Lo que era innegable era la atracción que había entre Finn y Peggy...