Eugène Delacroix

"Lo que hace tan buenas las obras literarias de los no literatos es que, cuando hacen una excursión por este extraño arte, sólo hablan de lo que saben, mientras que el escritor declarado se ve a menudo arrastrado a hablar de todo tipo de cosas por aquella fluidez del lenguaje." Esta idea de Eugène Delacroix se podría aplicar a él mismo, quien además señala con secreto goce la ventaja de la pintura de no ser un arte parlanchín. Sin embargo, o justamente por ello, Delacroix escribe, y lo hace en revistas, hojas volantes, cartas, álbumes etc. Estos escritos reunidos gracias al trabajo de Achille Piron y luego de Elie Faure, y que van del año 1.829 al 1.863, condensan por un lado el pensamiento del escritor francés en torno a lo bello, ese (im)pensado de toda estética, y por otro sus meditaciones metafísicas, esparcidas con una especie de dulce violencia, y que nos acercan un pensamiento sobre la vida de una insospechada crudeza.

El ojo sensible de Eugène Delacroix, figura central del romanticismo pictórico, captó en sus acuarelas y dibujos, pero también en las vivaces cartas que escribió desde Marruecos y Andalucía, toda la

Delacroix’s Journal – fresh and unselfconsciously spontaneous – is one of art history’s most important documents.

.

Cada día, a lo largo de cuarenta años, Delacroix anota las alegrías y las penas de su vida, además de reflexiones sobre las artes. Al día siguiente de su elección para la Academia de Bellas Artes, el 10 de enero de 1857, emprende un Diccionario de Bellas Artes, cuyo borrador va incorporando a su Diario. Lo esencial del trabajo queda esbozado en los dos meses que siguen. En adelante, y hasta su muerte en 1863, retoca o precisa ciertas nociones, añade nuevos apartados, pero no finaliza su obra. Jefe de filas de los pintores romanticos, Delacroix pertenece a una epoca de transicion: ultimo de los antiguos, es tambien el primero de los modernos.

El ojo sensible de Eugène Delacroix, figura central del romanticismo pictórico, captó en sus acuarelas y dibujos, pero también en las vivaces cartas que escribió desde Marruecos y Andalucía, toda la