La sencillez, el clasicismo y la homogeneidad estilística son las notas esenciales que caracterizan a la arquitectura barroca de las localidades que integran el Bajo Aragón zaragozano y la actual comarca de la Ribera Baja del Ebro. Inspirados en modelos contrarreformistas o en la tradicion pilarista, y con evidentes signos de influencia mudejar, estamos ante un numeroso grupo de edificios que evidencian que se trata de un periodo dominado por una gran intensidad constructiva, que viene testificada con la renovacion de la mayoria de las iglesias parroquiales, la proliferacion de las ordenes religiosas y su instalacion en los pueblos de mayor numero de habitantes, y la edificacion de ermitas, santuarios o capillas a los santos de devocion local.