Galila Ron-Feder nació en Haifa (Israel) en 1949. Se licenció en Estudios Bíblicos y Literatura Hebrea por la Universidad Hebrea. Durante varios años fue la madre adoptiva de diez niños que procedían de familias rotas o con muchos problemas. Llevó a la ficción las experiencias vividas con estos niños en una serie de radio, y más tarde fueron llevadas al teatro y a la televisión. La película basada en su libro, Querido yo, recibió el primer premio en el Festival de Cine Infantil de Frankfurt. Galila ha escrito tanto para niños como para adultos. El año que publicó su primer libro inició su labor como editora en una revista para niños y en 1991 fundó una nueva revista para jóvenes. Ha publicado más de 250 libros, muchos de ellos adaptados al cine.
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Novela que trata de forma realista el tema de la adopción y la inserción social.Sión, un niño marroquí, es adoptado por la familia Sharoni y se traslada a Israel. A través de su diario narra sus experiencias, su busqueda de la amistad, sus inquietudes, su forma de ver las distintas situaciones en la que se ve envuelto... Una historia que muestra la superacion personal de un niño que consigue dar un sentido a su vida gracias a la amistad y el amor.Sion es un niño marroqui de diez años que emigra a Israel y queha vivido enun ambiente familiar muy conflictivo. Por indicacion de la asistente social, Sion se traslada a casa de la señora Sharoni. Elle le pide, al igual que a su hijo biologico, que escriba un diario dirigido a si mismo, como una especie de ejercicio pedagogico. En el diario Sion narra como era su vida previa en Beit Shean (su anterior pueblo) con su abuela, su padre en la carcel, la pandilla... Una vida que a el le gustaba, a pesar de las dificultades economicas que tenian. Ahora, en cambio, con la familia Sharoni a Sion no le falta de nada, pero Sion se siente solo. Todo cambia cuando Sion huye y conoce a Batia, una niña con la que entabla una profunda amistad y de la que se enamora. De vuelta a casa de los Sharoni, el chico comienza a escribirle cartas a su amiga. Ahora ya no necesita escribirse a si mismo.