Para ser hablantes reflexivos y respetuosos no basta con conocer una lengua. Hay que saber además cuándo hablar y cuándo callar; cómo tomar (y dejar) la palabra; qué elementos verbales y no verbales favorecen una escucha activa; como adecuar nuestros usos linguisticos al contexto en que nos desenvolvemos y a nuestra intencion comunicativa; como salir al paso de incomprensiones y malentendidos.Ser hablantes reflexivos y respetuosos implica, tambien y sobre todo, ser sensibles a los usos discriminatorios del lenguaje y los abusos de poder a traves de la palabra. Porque aprender a discrepar sin herir, elogiar sin adular, aconsejar sin ofender, invitar sin coaccionar, ordenar sin humillar no es tarea facil. Y aunque dicen que a conversar se aprende sobre la marcha, estas paginas apuestan por una pedagogia de la conversacion en las aulas de secundaria.
¿Com contribuir a leducació literària dels adolescents? Entre els vells programes dhistòria de la literatura nacional i les aventures individuals danimació a la lectura hi ha un territori comú per
¿Cómo contribuir a la educación literaria de los adolescentes? Entre los viejos programas de historia de la literatura nacional y las aventuras individuales de animación a la lectura hay un territorio comun por explorar. Este libro quisiera ofrecer herramientas para ello. Bajo un titulo deliberadamente ambiguo, se apuntan tres de las coordenadas que debieran enmarcar este debate. Un mundo por leer nos recuerda que hay libros mas alla de los programas escolares, mas alla de las propias fronteras; libros excelentes con los que chicos y chicas podrian entablar un dialogo fecundo. Un mundo por leer nos sugiere tambien, en la estela de Paulo Freire, que en el ambito educativo es imprescindible ligar la lectura de la palabra y la lectura del mundo. Un mundo por leer nos invita, ademas, a considerar el horizonte de expectativas en que se situan los adolescentes, pues es a sus miedos e inquietudes, anhelos y sueños a los que han de dar respuesta los libros con que pretendemos enseñarles a leer.
Se nos quiere hacer memoria de que existen libros más allá de los programas escolares; libros excelentes con los que chicos y chicas podrían entablar un diálogo fecundo.