No esperemos encontrar en esta obra póstuma de Cyrano de Bergerac, a quien Edmond Rostand (1868-1918) conviertiera en un mito, la intriga de una novela; en realidad, es un ensayo cómico-fantástico donde el autor, influido por las ideas racionalistas de su tiempo, repasa diversos aspectos de la condicion humana, desde los mas trascendentales, como la existencia de Dios, la creacion del mundo o la inmortalidad del alma, hasta otros que descubren los prejuicios e incongruencias de nuestras costumbres. Esta es, por muchos motivos, una obra que interesa especialmente al lector de hoy. La imaginacion humoristica no es aqui cosa distinta de la imaginacion critica, y ambas se encuentran en el espacio de un apasionado y apasionante relato de aventuras.