Le has dado la vuelta
al libro que tienes
en la mano
por simple curiosidad.
No sabes de qué voy,
ni qué pretenden mis poemas.
Y sin embargo,
estás de pie leyéndome.
La extraña cubierta
te regala pala
Camilo nuestroque estás con los Youtubers,clicada sea tu arroba.Grábese tu emisióntanto en la redcomo en el escenario.Danos hoynuestra señalde cada día.Perdona pasarnosde los cuatro minutosestablecidos en tu Ley,asi como nosotrosperdonamos los excesosde tiempo ajenos.No nos dejes colgadosni tartamudos ni afonicos,ni cojos, ni calvos, ni feos.No permitasque toquemos o recitemosdesafinados.Caza todaslas palabras de Ernestoque Ernesto no haya cazado.Y libranosdel reggaeton.Retuit (o X)
En el oscuro y tumultuoso reino de la poesía maldita emerge un poemario que desgarra el velo entre la belleza y la desesperación, entre la luz y la sombra. 19 puntos suspensivos es una colección inquietante de 19 poemas que lleva consigo la firma de un poeta cuyo nombre se ha sumergido en las profundidades de la desdicha y el tormento. Es un peregrinaje por los rincones mas sombrios del ser humano. Cada poema es una ventana hacia la mente atormentada del autor, quien vierte su dolor, su ira y su angustia en cada verso como si fueran gotas de sangre sobre el papel.La prosa, impregnada de un lirismo sombrio y una melancolia penetrante, invita al lector a adentrarse en un laberinto de emociones turbulentas y verdades incomodas. La desesperacion y el desencanto se entrelazan en cada linea, tejiendo un tapiz de oscuridad que envuelve y cautiva.Los temas recurrentes de la soledad, el amor perdido, la muerte y la decadencia humana se entrelazan magistralmente, creando una atmosfera opresiva pero fascinante. Cada palabra, cada metafora, resuena con la autenticidad de una voz que ha conocido el sufrimiento en todas sus formas.La obra, aunque profundamente personal, trasciende lo individual y alcanza una dimension universal, donde el lector encuentra eco de sus propias luchas internas y sus mas profundos anhelos. A traves de la oscuridad, el poemario arroja destellos de lucidez, recordandonos la fragilidad de la existencia y la belleza efimera de la vida.