Título descatalogado. En el Kali Yuga, la Edad Oscura en la que -siguiendo la cíclica ley de la inversión de los valores y de las valías - todo está patas abajo, los hijos de Jafet -paladines del Maligno- han sustituido a Nehestan por la Serpiente del Arbol de la Ciencia del Bien y del Mal. Los hijos de la Estrella de Oriente, quemadas sus caravanas, varados en el mundo, vagan -tratando de salvar el alma- por un paraje cuyos arboles no dan mi¡s fruto que los mil y un condones del humanismo, y sembrado de cepos progresistas. Pepe, hijo del Este, guitarrista flamenco y garañon protagonista de esta historia de muslos que valen su peso en mierda, encarna todas las cualidades arquetipicas de los semidioses de la Edad de Oro, aunque -heroe nacido en el ojo del huracan del Kali Yuga- es un guerrero al que el espiritu de los Tiempos de Disolucion ha abierto en la coraza mil fisuras sutiles.Unos en las filas del legitimismo metafisico y sanguineo, otros en las del batallon de los traidores, asi Pepe como tantos hijos de la Tierra de Antes del Diluvio, todos buscan la salvacion: el Anciano Sin Habla, Juan el de la Ultima Torre, una guitarra dicaz, un cantaor que pudo ser figura y se quedo en figurante, una antillana de rompe y rasga y un rubi de la toreria, en el año en que dejaron los negros de Madrid de ser torvas sombras que hurgaban sin descanso en las treinta cremalleras de los treinta bolsillos de sus cazadoras cuando caia la noche sobre las esquinas de las aceras poco recomendables, y las negras dejaron tambien de estar representadas en exclusiva por las imprescindibles señoritas de color de los clubs de espectaculos X o por esa pantera de labios gruesos y resplandeciente dentadura que paseaba los firmes muslos y el liguero por la Ballesta y Desengaño, ofendiendo con su esplendor carnal y su principesca planta a las prostitutas blancas que, ojerosas y macilentas, en nada parecian ejercer la misma profesion que lrma la Dulce...
Caminando invariablemente desde Oriente hacia el lugar por donde el Sol desaparece en el horizonte, el pueblo gitano recorre desde ¿siempre? las cicatrices del planeta. Casi ningún occidental sabe que los gitanos proceden de modo principal de tres migraciones que tuvieron India como punto de partida, la mas reciente de las cuales se inició tras la decapitación de Prithviraj Chauhan, último rey hindú de Delhi. Los historiadores han cometido durante siglos el error de creer que podrían encontrar en las talegas de la erudición universitaria los orígenes de la forja histórica de este pueblo, así como las razones de su vagar. Cuando dieron con datos que no encajaban en el rompecabezas de sus teorías preconcebidas o tenían, para verificarlos in situ, que abandonar la comodidad de sus despachos para desplazarse a otro continente o a un inhóspito arrabal, los ignoraron sistemáticamente. Los políticos, por su parte, estuvieron -y siguen convencidos de su definitiva asimilación o reducción a pulpa entre las tenazas del mundo moderno es mera cuestión de tiempo. Sin embargo, el pueblo gitano, que rescató de la furia del mar a José de Arimatea y María Magdalena, leyó el porvenir de los reyes de Bizancio, tocó el laúd para los sátrapas persas, puso en jaque al califa de Bagdad, ofició como embajador del Preste Juan y guerreó bajo estandartes de Vlad Dracul, jamás desaparecerá, porque su destino está escrito en aquellas páginas en que los historiadores jamás han leído las estrellas. Esta apasionante obra, escrita a caballo entre España e India, es el testimonio de un gitano nacido en el meridiano geográfico de esta inconclusa migración, que ha querido cantar la historia sagrada y el camino de redención andado por su pueblo.