En esta obra, el autor nos ofrece un relato sagaz, donde la vida del pequeño y frágil Enrique, el hilo conductor de la narración, de forma súbita pierde su carácter infantil para sumergirse irremediablemente en el corrupto y agresivo mundo de los adultos: las nimias historias de ese niño provinciano cambiaran vertiginosamente despues de la muerte de sus padres, y Enrique batira las olas del abandono y la soledad refu-giandose en la profundidad de un desenfrenado amor homosexual, tan intenso como peligroso.
Jorge López Páez describe en esta novela los juegos de la vida infantil en una ciudad pequeña de provincia: cazar caballitos del diablo, construir represas, etc. Juegos que, con las naturales variaciones de lugar, quedamos de alguna manera condenados a seguir repitiendo a lo largo de nuestra vida, cuando se pasa a formar parte del mundo extraño de los adultos.