Una novela en la que estética, ética y lógica, mímesis y fantasía, el más extremado delirio y la más cabal sensatez se funden en una sorprendente y renovadora prosa de extraordinario calado. Un hombre de mediana edad, acorralado por las ruinas de su moralidad y el aborrecimiento de sus semejantes -por lo que ha sido su pasado y es el presente del mundo-, reconstruye su vida en paralelo al dia que acaba de transcurrir y que ha dado lugar a los sucesos que desencadenan la narracion. Esos sucesos finales determinan la geometria de la tragedia, y la narracion es el recuento de la aventura espiritual que conduce a esa tragedia y la rememora -las aventuras mas relevantes de hoy raramente son ya fisicas, sino interiores, mentales-. Pero la tragedia no es solo individual, sino tal vez un destino, porque ese hombre que se debate en el delirio de su incertidumbre, entre el rechazo del mundo y su deseo de adaptacion, entre su odio y su fascinacion por lo que odia, expresa el desconcierto de un hombre previo, de un hombre que todavia se pregunta por el sentido de las cosas en un mundo donde todo se esta sublimando para dar paso a la virtualidad tecnica de una nueva humanidad, cuya inquietante hegemonia puebla la epoca que estamos inaugurando.Contada desde la hilarante exasperacion a que el protagonista lleva todas las cosas, la novela esta construida como a un caleidoscopio de recuerdos, visiones e imprecaciones, y afronta, en sus multiples planos de significacion, la fractura y la crisis de nuestro tiempo, del mundo que todos nosotros estamos dejando atras y el mundo que viene y el protagonista ve ya ante sus ojos. Expresa el dilema, las pasiones, frustraciones y desorientacion del ultimo hombre moral, de un hombre de contenidos y cualidades, de valores y principios y sentimientos (de dudas, de interrogaciones) que es ya solo hoy un hombre ridiculo o patetico, un hombre terminal, y su mundo, el que estamos dejando atras, un mundo en ruinas. Pero esas ruinas le permiten quizas ganar una ultima y pirrica batalla: de la exasperacion de su incertidumbre, de la compleja arquitectura de sus contradicciones y sus moviles de perfeccion y de ese exacerbado punto de vista que continuamente nos mueve a risa, es posible que brote una rara lucidez que en un amplio registro de tonos (humoristicos y meditativos, rememorativos y sarcasticos y hasta sacros y tal vez profeticos) va iluminando el repertorio de nuestras cuestiones mas cotidianas: el sexo y el amor, el dolor y la risa, la amistad, la familia, la voluntad y el cansancio, el poder y la impotencia, el aburrimiento, el tiempo, el dinero y la identidad, la casa, la accion y las pasiones, el lenguaje, la cultura o la politica.Mas o menos emparentado con el hombre del subsuelo de Dostoievski o el hombre superfluo de Bernhard, con el idiota de Azua y sobre todo con las fantasias de la conducta de Cervantes, en este libro hay escenas que sin duda ofenderan a muchos, a los que ridiculizara desde la ridiculez de su personaje. Pero al igual que el protagonista, todos pertenecemos ya sin embargo, cada vez en mayor medida, al mismo mundo homologable que describe esta novela en la que estetica, etica y logica, mimesis y fantasia, el mas extremado delirio y la mas cabal sensatez, en lugar de estar separados como ha querido la linea de la modernidad que conduce a la muerte del arte, se funden en una s...
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