Hubo una vez una nación que fue a la guerra, pero tras conquistar un continente, su propio país fue destruido por bombas atómicas... entonces los vencedores impusieron la democracia a los vencidos. Para un grupo en aprendizaje de arquitectos, artistas y diseñadores liderados por un visionario, la situación funesta de su país no fue un obstáculo, sino una inspiración para proyectar y pensar… aunque eran personajes muy distintos, los arquitectos trabajaron estrechamente unidos para realizar sus sueños, respaldados incondicionalmente por una burocracia supercreativa y un dinámico Estado... después de 15 años de incubación, sorprendieron al mundo con una nueva arquitectura —el metabolismo— que propuso un cambio de imagen radical de la nación entera... Entonces los periódicos, revistas y la TV erigieron a los arquitectos en héroes: pensadores y hacedores, hombres minuciosamente modernos… A través de trabajo puro y duro, disciplina y la integración de todas las formas de creatividad, su país, Japón, se convirtió en un ejemplo brillante... cuando la crisis del petróleo dio inicio al fin de Occidente, los arquitectos de Japón se diseminaron por el mundo para definir los contornos de una estética posoccidental…"