Mientras los pueblos nativos de Mesoamérica -contra todo pronóstico y pese a quinientos años de presencia europea- recuperan rápidamente su identidad, los últimos hallazgos arqueológicos no sólo otorgan a las culturas maya y azteca una grandeza insospechada hace apenas dos decadas, sino que cuestionan su supuesto aislamiento del resto del mundo hasta el descubrimiento colombino. La historia del impropiamente llamado Nuevo Mundo debe comenzar a escribirse de otra manera superando los distorsionantes prejuicios eurocentristas. Las sorprendentes conexiones precortesianas de estos pueblos con chinos, indostanos y japoneses, pero tambien con africanos y europeos, explican mucho mejor que cualquier teoria aislacionista las consecuencias mesoamericanas de un mundo interconectado y multifecundado en toda su redondez, por tierra y mar, desde las orillas del antiguo Egipto hasta las resecas estepas de Mongolia. El Vuelo de la Serpiente de Jose Leon Cano indaga en tales conexiones para subsanar, siquiera en parte, el desconocimiento que rodea aun, tras cinco siglos de contactos permanentes, a unos pueblos de estirpe solar que lograron notables descubrimientos medicos, arquitectonicos y astronomicos, y que son capaces de ofrecer, ahora que comienzan a retomar las riendas de su destino, una enriquecedora escala de valores bien distinta a la que rige el convulsionado mundo en que vivimos.
Las montañas andaluzas, hermosas y luminosas, encierran hondos misterios históricos que aún se pueden percibir en sus pueblos, sus calles, sus gentes y sus recuerdos y leyendas. Sierras andalusíes en las que los descendientes de moriscos, y tambien de judios, ocultaron o se olvidaron de sus origenes; y en las que los que aun se acuerdan de quienes eran sus antepasados prefieren todavia callar. Pero la civilizacion que mayor nivel alcanzo en Occidente continua latiendo en las alturas cargadas de magia y en sus pueblos remotos que no olvidan sus origenes ni sus creencias ni tampoco el horror que se cernio sobre Al Andalus, en lo que se ha definido como el primer genocidio de la historia.Desde muy joven me pregunte por que una tierra, tan en apariencia alegre, escondia una tristeza tan profunda, tan jonda, sobre todo en los pueblos preservados por las montañas, donde persisten tantas melodias misteriosas, tantos perfumes de otros tiempos, tanta magia y tambien tantos ocultamientos.Una tarde, contemplando las lejanias de Ronda -con un sol que, guerreando atardeceres, ensangrentaba gloriosamente lo que Rilke definio como el mas elevado paisaje de este mundo- me pregunte cuanta gloria y cuanta sangre de Al Andalus seguia latiendo en los pueblos de esas montañas, sobrenaturales a fuerza de belleza. Y me dije que a...