JOSE LUIS ACIN FANLO

Tomo de los dedicados a la arquitectura románica en Aragón, se recorre el románico de los siglos X-XI, XII y XIII, ubicado en el territorio que comprende el Obispado de Jaca. Empezando por la localidad de Ceresola y terminando en Osia, el autor nos muestra los grandes ejemplos del romanico aragones como la ermita de Santa Maria de Iguacel, la iglesia de San Salvador en Luesia o la catedral de San Pedro en Jaca. Tambien nos ofrece la descripcion de otros mas modestos, en cuanto a factura, pero no por ellos menos importantes desde el punto de vista historico-artistico, como la ermita de San Juan de Asprilla, e incluso aquellos que no han resistido el paso de los siglos como la ermita de San Miguel de Cheulas.

Los caminos que unen El Pirineo siempre se han considerado una barrera, una frontera. Sin embargo, ni las posibles líneas naturales, ni –por supuesto– las políticas o administrativas creadas a partir

Montañana es todo un mundo, un universo que te traslada a la Edad Media. Deambular por sus calles, adentrarse en su núcleo a través de su primera calle terminada en un pasadizo, tras el cuál se llega al barranco de San Juan delimitado por una hilera de casas y al puente medieval que lo salva, para, a continuacion, traspasar sendos pasadizos sobre los que se elevan sus correspondientes casas, y de donde parten las distintas calles que se despliegan por la ladera del monticulo con sus viviendas aun conservadas, aun conservando y descubriendo sus origenes practicamente medievales, transporta al espectador a otros tiempos.

Este quinto volumen es el primero dedicado a los ejemplos conservados en el territorio del obispado de Jaca, tras los cuatro publicados con anterioridad dedicados al medievo por la zona del Alto Aragón oriental. El libro tiene un gran apartado gráfico en el que se incluyen fotografías actuales, con la idea de poder visualizar el estado actual de la construcción. Con un estudio de la planta y los aspectos artísticos.

En esta guía se habla del excepcional conjunto medieval, románico, recuperado en Bonansa (Huesca). Un grupo de gran valía por el conjunto de las tres ermitas, por el primitivismo que ofrece una de ellas dentro del estilo románico y por los bienes muebles que, procedentes de otra de ellas, se conservan en la actualidad en espacios museísticos. Tres destacados componentes del románico aragonés, pirenaico, que son San Aventín y San Roque de Bonansa y San Salvador de Bibiles.

En este volumen 8 de la colección Mirador, séptimo tomo de los dedicados a la arquitectura románica en Aragón, se recorre el románico de los siglos X-XI, XII y XIII ubicado en el territorio que comprende el Obispado de Jaca. Empieza el recorrido en la localidad de Otal y termina en la de Yosa de Garcipollera. Hay que unir a todas ellas una addenda, donde aparecen las localidades de Echo, Ena, Lobera de Onsella y Orante. El autor acompaña a los textos con fotografías realizadas de los lugares y con mapas de localización de los mismos.

XXIII Premio Especial Goya (2000) de la Asociación de Artes Gráficas de Aragón. Edición en aragonés del libro "Tras las huellas de Lucien Briet" perteneciente a esta misma colección (nº 8).

Esta comarca se desarrolla a lo largo de los primeros pasos de su columna vertebral, el río Gállego. En su demarcación, desde el Pirineo axial hasta las sierras exteriores, se transitará desde cimas cercanas a los 3.000 m. hasta zonas de valle a 900 m. de altitud. Una variedad que se refleja en una amplia diversidad de paisajes y de espacios naturales, así como en la huella del hombre a lo largo de su devenir histórico y cotidiano. Una amplia gama de posibilidades en un territorio único, sorprendente e inolvidable.

Este viaje a los 330 núcleos deshabitados de la provincia de Huesca nos da la medida exacta de la despoblación de esta parte de Aragón. El autor ha pasado varios años recopilando datos y archivando toda aquella información que hoy presentamos como documento gráfico.

El conjunto monumental de San Emetrio y San Celedonio de Samitier se levantó en la segunda mitad del siglo XI, el cual se configura por los restos del torreón del castillo y por la magnífica iglesia de tres naves con sus correspondientes ábsides, existiendo asimismo una cripta por el lado sur.

Durante los años 1996 y 1997, el Gobierno de Aragón ha llevado a cabo la restauración de seis ermitas del Alto Aragón, todas ellas incluidas en un proyecto piloto seleccionado por la Comisión Europea. La ermita de Nuestra Señora del Congost de Chiriveta, enclavada sobre un escarpe rocoso, es un edificio fechable a inicios del siglo XIII sobre un basamento del XI, compuesta por una nave de planta rectangular y ábside semicircular.

La ermita de Santa Waldesca de Samitier es un edificio del siglo XVI, compuesto por una nave de planta rectangular y ábside plano, abierto en techumbre de madera y bóveda de crucería, al que se acced

Aragón en su conjunto ostenta el triste privilegio de ser una de las comunidades autónomas con más lugares deshabitados o abandonados. De esa situación no escapa la provincia de Zaragoza, si bien el numero de pueblos deshabitados es menos, no llegando a la veintena de casos.A esta realidad, a este panorama desolador se llega por los movimientos poblacionales y por los cambios de habitacion que, en algunos casos el hombre ha realizado a lo largo de toda su historia.

La iglesia de San Andrés de Nasarre es una construcción del siglo XI, compuesta por una nave de planta rectangular, torre de factura posterior y ábside semicircular, en el que destacan encima de la ventana central la hilera de arcuaciones ciegas de la escuela lombarda y el friso de baquetones propio del grupo serrables.