La frontera ha constituido desde siempre un ámbito de notable interés para los historiadores, por lo que significa de zona de separación y encuentro entre dos estados, dos sociedades, dos culturas, dos mundos diferentes e ideologicamente bien definidos. Unas veces enfrentados, otras complementandose, en un constante proceso de aculturacion, y organizados tanto para la guerra, como para garantizar las relaciones comerciales y de todo tipo en tiempo de paz. En cualquier caso, a traves de la frontera pasaron los numerosos y variados intercambios culturales, economicos y sociales de ambos pueblos. Su caracter de entidad extremadamente compleja hace que nos sorprendan las diferentes y, a menudo, contradictorias manifestaciones protagonizadas en ella. Lo cual se debe al poderoso atractivo que ejercio sobre todos los sectores sociales de los dos pueblos limitrofes: nobles, caballeros ciudadanos, gentes del pueblo, ganaderos, mercaderes, y los siempre numerosos grupos de aventureros, contrabandistas, ladrones, almogavares, u homicianos, interesados en ese mundo rico en tantas posibilidades y encuentros, pese a los multiples y duros problemas. Caracteristicas tan variadas y sugestivas han ejercido, en tiempos pasados, una poderosa atraccion, no solo sobre historiadores, sino tambien sobre poetas y novelistas; pero fue a mediados de la pasada centuria, cuando se produjeron documentados estudios, a cargo de prestigiosos investigadores, que tanto han contribuido al esclarecimiento de un asunto, oscurecido, sin duda, por la ultima guerra de Granada y la imposible convivencia entre cristianos viejos y moriscos durante el siglo XVI. El escenario en que se desenvuelven los actores, dadas sus condiciones estrategicas, ofrece una notable permeabilidad a caminos, gentes, recuas y ganados, debidamente vigilados desde fortalezas y atalayas. Profusamente segmentado, a causa de los multiples surcos transversales, propicia la atomizacion de poderes y la autonomia de actuacion de señores y ciudades. Son puntos de convergencia, deseados y respetados, los puertos secos, enclavados en dificiles pasos de montaña.
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