JUAN EMILIO RÍOS VERA. Licenciado en Filología Hispánica e investigador suficiente por la Universidad de Cádiz es actualmente presidente del Ateneo "José Román" de Algeciras, presidente de la sección VI del Instituto de Estudios Campo gibraltareños, tesorero de la Federacion Andaluza de Ateneos, presidente fundador del Ateneo de Manilva, vocal de la comision municipal para la conservacion del patrimonio historico local de Algeciras, presidente de la Asociacion de poetas andaluces por la paz, miembro de la Asociacion de Criticos de España, del Centro Andaluz de las Letras y del Sindicato de escritores españoles. Anteriormente tambien fue presidente del Colectivo Cultural "Yaravi" y director de la revista del mismo nombre, Presidente del Liceo "Ibn Abi Ruh", cofundador de la asociacion de estudios hispanoarabe "Aben Ezra" y vocal de la comision de gerencia de la Fundacion "Jose Luis Cano" de Algeciras entre otros cargos. Como poeta ha publicado numerosos poemarios entre los que destacan: "El exquisito cadaver de la rosa", "El jardin de los suspiros", "Las baladas de los dias antiguos","La leyenda baladi" o "Poeta en alerta". Tambien ha colaborado con otros autores en obras experimentales como "Retos y pomas" y "La mirada dual" con Angel Gomez, "La noche de la mandragora" con Jesus Barony o "The final animals" junto con Diego Arjona y Cesar Alfonso Viñas. Entres sus distinciones destaca haber sido finalista en tres ocasiones al premio nacional de poesia de ciencia ficcion y fantasia, mas conocido como "premio Ignotus" y haberse alzado con el XIII Premio de poesia "Aljabibe" en el año 2012.
Si se adentra, querido lector, en el viejo, polvoriento y encantado Caserón de la Malmuerta, encontrará una colección miscelánea de relatos de muy diversos estilos, temáticas y extensiones, pero que tienen como hilo conductor el tratarse de un relato atipico, muy alejado de las modas actuales y de los canones de la contemporanea literatura
Esta pregunta me acompaña desde mi adolescencia. Ya pasaron más de tres décadas, y aún sigo preguntándome: ¿Qué sería de mi vida sin el arte? En este largo camino, ha sido mi guía, mi compañero de viajes, mi sueño, mi despertar, mi hambre, mi dolor, mi condena, mi libertad. Esta en todas partes, no me deja solo, no. Esta alli en una vieja madera, en un carton, en un trozo de metal, en un trastero donde se acumulan viejos e inservibles objetos o en un simple y palido lienzo; y me seducen, me provocan, se sirven de mi para cobrar vida, pero a cambio, me la dan. Solo he de sentir algunas de mis obras para darme cuenta de como nos hemos necesitado mutuamente dia tras dia. ¿Como no serle fiel mientras tenga vida?