JUAN IGNACIO FERRERAS

Cuándo empecé a escribir cuentos? Pero antes de escribirlos, los conté, y rodeado de algunos amigos de mi edad, de ocho a once años, dormíamos seis en una habitación de Ribadesella, y más tarde en el portal oscuro de una casa de Cistierna, donde estaba el Patronato, me inventé una serie de historias que apenas recuerdo, trataban siempre de un maligno doctor que raptaba a una mujer y la encerraba en una torre, había que salvarla, al parecer, pues no recuerdo bien, aparecía el héroe y escalaba la torre, rescataba a la chica y se deshacía de muchas maneras del doctor.

Una trilogía más para el Laberynto; posee tres partes como es lógico Testimonio de un fracaso, Testimonio de una lucha y Testimonio de un sueño. Estras tres novelas están numeradas como las 47, 48 y 49 de tu ciennovelario que titulas Laberynto.

Este volumen abarca tres siglos del novelar español, desde el XVI hasta el XVIII.

Sin duda escribir aforismos, que aquí han de llamarse Avisos, pertenece al mundo de la ilusión, porque, ¿qué mayor ilusión en que escribe que creer que logra resumir en una frase algo que quiere se sabiduria?. Sin embargo, hay que intentarlo aunque los resultados sean siempre dudosos.En mi ciennovleario llamado Laberynto, hay una trilogia titulada Aforismos y en la que van incluidos tres libros: Poemas como islas, Ejercicios de logica cotidiana y el Libro de las mil flores ( que quizas publique en breve ); sin embargo, el contenido del presente libro, se aleja de los aforismos en el sentido que las advertencias que aqui van, se presentan sin ninguna solemnidad, casi sin afirmarse, o como se dice al principio de la obra:" Un consejo, una moralidad, incluso un aforismo, se convierte en aviso cuando ha perdido la fe en su obligatoriedad. Un aviso es lo que puede ser, nunca lo que debe ser. "

Es el título y el último endecasílabo del soneto con el que comienza la novela misma, la obra tiene catorce capítulos que corresponden a los catorce versos del soneto inaugural, lo cual no quiere decir que cada capitulo responda exactamente al verso que le sirve de titulo, aunque si de una manera aproximada, no se trata pues de un tour de force. La realidad, el universo novelesco, es obsceno porque no tendria que aparecer