Este volumen recupera la figura de Juan José Domenchina a través de una selección de los textos de crítica literaria que escribió para las principales revistas culturales y periódicos de la época, como EL Sol o La Voz. Es, ademas, la primera antologia de sus articulos que ve la luz desde 1946 y es tambien la primera que atiende a la trayectoria completa del autor.Los textos se disponen en orden cronologico y cubren cuatro areas de desigual amplitud en el espectro de los intereses de Domenchina: la especulacion teorica; letras españolas -y, en particular, aunque no solo, poesia española contemporanea-; literaturas europeas -sobre todo, la francesa-, y literatura hispanoamericana.
Entre los poetas cuya obra está marcada por el exilio, Juan José Domenchina tiene un lugar de primer orden. Nacido en Madrid, en 1898, falleció en México, en 1959, donde había vivido refugiado los dos decenios finales de su existencia. Poeta precoz, crítico insobornable y ocasional novelista, desempeñó varios cargos gubernamentales durante la República, ligando así su destino a la causa republicana. La guerra civil truncó brutalmente su trayectoria: hubo de abandonar España y consumió el resto de sus días añorando su patria perdida. Con las «Tres elegías jubilares» nos hallamos ante el tema del destierro recién surgido, sus emociones brotan más espontáneas y entreveradas. Las heridas están recientes y el sufrimiento a duras penas se recata. Con el tiempo, Domenchina estilizará motivos y formas. Quien busque en lengua española una expresión depurada del destierro debe acudir a Domenchina.
Prólogo y compilación de Amelia de Paz. Entre las lindezas que se deben a Gerardo Rivera, el sosias periodístico de Domenchina, está el anticipado epitafio que espetó a Baroja en 1934: 'Pío Baroja, ex hombre humilde y errante, hoy academico de la Lengua'.
El caso del madrileño Juan José Domenchina (1898-1959) es uno de esos enigmáticos vacíos de nuestra historia literaria reciente, porque perteneciendo por edad, aficiones, relaciones y avatares políticos y vitales al grupo de poetas conocido como Generacion del 27, a quienes acompaño, mas o menos de cerca, en su trayectoria estetica y editorial -creacion, critica, antologias, epistolario-, hubo de sufrir un extraño y casi unanime silenciamiento que no han conseguido romper ni las escasas reedicicones parciales de su obra aparecidas en los ultimos tiempos, ni los tambien escasos estudios. Es posible que en tal fenomeno haya diversas causas, intrinsecas y extrinsecas, aun por dilucidar y evaluar. La presente edicion de la Obra poetica completa de J. J. Domenchina reune por vez primera los materiales imprscindibles para la justa apreciacion del significado de esta poesia en el marco contemporaneo. Desde sus comienzos a la sombra de los tardomodernistas (Juan Ramon Jimenez, Perez de Ayala, Diez-Canedo), Domenchina exploro los mas diversos registros, trazando un sinuoso camino a traves de las corrientes esteticas de los años veinte y treinta. El drama de la guerra civil española y sus secuelas concluirian esta busqueda del poeta, que encuentra en el exilio mexicano, a su pesar, sus formas y tema definitivos. (De la edicion de Amelia de Paz)
A veces pienso leyéndole a Vd. que el hecho desdichado de su lejanía de España ha sido un bien para España, porque él le ha regalado a su lengua y a su literatura la obra que Vd. no hubiera existido. Cruel juicio ¿verdad? El enriquecimiento que la poesia española le debe a Vd. es de los mas evidentes, y Vd. aporta, con conmovedora belleza, con completa personalidad, una posicion espiritual que suena en nuestra poesia con eminencia y con novedad, con un latido que es indispensable percibir para el conocimiento completo del hombre español. Que enormemente representativa es su poesia de Vd. y cuanto ensancha Vd. el ambito de la poesia española, a la que añade Vd. una provincia entera, y se pueden contar con los dedos los que tal han hecho en la historia de nuestra lirica (Vicente de Aleixandre, fragmento de carta dirigida a Juan Jose Domenchina el 13 de marzo de 1950).