Fue subdirector general de música y danza, consejero cultural en Moscú y Embajador Especial para el Año Dual España-Rusia 2011. Buen conocedor de la cultura rusa, ha viajado por Asia Central, China e India. Fundó en 2006 la colección Voces del Este, especializada en testimonios, ensayos y biografías relacionadas con la historia de los países del Este a través de sus protagonistas. Es autor de la Guía Viva de Moscú y San Petersburgo y ha colaborado en la parte de contexto histórico en otros títulos de la colección Total.
Recibe novedades de JUAN JOSE HERRERA DE LA MUELA directamente en tu email
Moscú es una ciudad que se descubre gradualmente, desconfiando de impresiones hechas a primera vista. El arte, la tradición y la revolución, la vanguardia y la decadencia, o el poder de una potencia nuclear, han forjado una urbe formidable, dura a menudo, pero también fascinante. Su característica estructura radial en anillos concéntricos fue creciendo desde el siglo xvi a partir del Kremlin, que es hoy el auténtico centro político del país. En torno a este hay enormes avenidas, bulevares y calles que salen desde el centro como radios de una gran rueda. También hay grandes plazas y jardines que permiten disfrutar con la mirada de una compleja y rica historia. Por sus calles deambula una gran variedad de razas y se escuchan lenguas y tradiciones que revelan la historia imperial de Rusia, su pasado soviético y el frenesí del presente. Acompañando a la guía y con el fin de facilitarla, se incluye un desplegable con dos planos (de día y de noche) que en colores diferenciados muestran los distintos ambientes que se pueden encontrar en la ciudad. Finalmente, se detallan algunos apuntes sobre la historia, la gastronomía, la geografía y la población, así como otros aspectos interesantes de la ciudad rusa.
Moscú, la capital rusa se ha transformado drásticamente en los últimos años. El Moscú de hoy ya no parece la capital gris de los Soviet, para lo cual su alcalde ha invertido cifras astronómicas en la rehabilitacion de los hermosos palacios del centro, la reconstruccion de las cupulas de centenares de iglesias, la sustitucion de las estrellas rojas con el aguila y, sobre todo, en dar nuevo brillo a uno de los simbolos de la renovada grandeza moscovita, la gran catedral de Cristo Salvador, destruida por Stalin para levantar en su lugar una piscina al aire libre. San Petesburgo es hoy mas que nunca una hermosisima ciudad. Los contrastes sociales (pobreza-riqueza, miseria-opulencia) la situan al nivel de las grandes metropolis del mundo y la equiparan a los estandares europeos. San Petesburgo vive hoy su fase consumista. Como en casi todo el resto del mundo hacer la compra se ha convertido en una tarea facil (para quienes disponen de dinero).