Jürgen Banscherus

Jürgen Banscherus sigue en esta novela, sin ideas estereotipadas y con gran delicadeza literaria, el ratro de una peligrosa secta.

Hans aparece inconsciente y es trasladado al hospital. Cuando despierta, no recuerda que le ha ocurrido y es incapaz de hablar. Su doctor empieza a escribir una posible versión de los sucedido y le anima a continuarla para estimular su memoria. Hans recuerda los problemas entre sus padres, sus mentiras e infidelidades y su decisión de dejar de hablar y darles una lección haciendo explotar una bomba inofensiva. Mientras otra bomba explota. Un policía investiga lo sucedido y sospecha de Hans, que recibe notas amenazadoras. Al final, descubrirán que hay detrás una compleja trama ideada para recalificar los terrenos en los que se encuentra la torre. El chico era el chivo espiatorio.

A Kiatoski le encanta la pizza, los helados de la heladería de Giovanni (especialmente los de chocolate y limón) e investigar casos misteriosos. Un día Kiatoski va a la heladería y observa que en la decoración del local hay un objeto nuevo, una máscara africana que, según Giovanni, trae buena suerte. Sin embargo, desde que la máscara está en la heladería, empiezan a pasar cosas raras: explota la cafetera express y se estropea la máquina de hacer helados. Giovanni lo atribuye a que la máscara le ha traido mala suerte, pero Kiatoski, como buen detective, no lo cree y decide investigar, sospechando que hay alguien detrás de todo esto. Una noche, mientras vigila la tienda desde la calle ve a un hombre que entra y sale a toda velocidad del local. Cuando se lo cuenta a Giovanni, ambos deciden vigilar juntos la heladería por la noche. Así descubren que el saboteador es Marcello, un compatriota de Giovanni. Su objetivo era vengarse, porque éste había robado la receta de los helados de su padre. La máscara sólo era un cebo para que Giovanni creyera que todo lo que pasaba en la heladería era, simplemente, mala suerte. Al final, Marcello y Giovanni se reconcilian y deciden montar una heladería juntos. El negocio les sale redondo y Kiatoski es obsequiado con tres bolas de chocolate y limón gratis.

Què els passa, als cavallets de la fira? De sobte, shan tornat perillosos. Per què unes vegades donen voltes tan de pressa i unes altres tan a poc a poc? En Pau Perdiguer farà els possibles per desco

Des que va penjar una mascara africana a la paret, en Giovanni, lamo de la gelateria, no ha deixat de tenir problemes. Li ha petat la cafetera, se li ha espatllat la maquina dels gelats En Pau Perdiguer, el millor detectiu privat de la comarca, decideix investigar el cas.

El protagonista daquesta història ha de fer un viatge amb tren i nhi passen de tots colors, sobretot després que hi aparegui un ratolí que revoluciona tot el personal: el persegueix el cuiner, el bus

Je me présente : Katovski, détective. C'est en commandant une pizza Salvatore qu'une nouvelle affaire s'est présentée : mon ami, le livreur de rollerskates, s'était fait voler les roulettes de son précieux moyen de locomotion. Pour cinq paquets de chewing-gums Carpenters, j'ai accepté d'ouvrir l'enquête.

En Tomàs, el repartidor de pizzes, està de pega. Cada dia li roben els patins! Per això demana ajuda a en Pau Perdiguer. Però en Pau, que té un nas molt fi, de seguida ensumen que les coses no són co

Pablo se pasa el día haciendo gimnasia y se ha olvidado de la mantequilla y las cosas que engordan. Su hijo Pablo está verdaderamente preocupado. ¿Será que su padre se ha enamorado de la vecina nueva? Pero no: Pablo finalmente averigua la verdad. Pablo ha hecho una apuesta con los compañeros de la oficina y tiene que presentarse al concurso de Mister.

Anna, una compañera de clase de Kiatoski, le explica que en el equipo de fútbol que ella capitanea ocurren cosas raras. A pesar de tener a Oliver, el mejor portero del barrio, no han ganado ni un solo partido del torneo. Al detective esa aventura le parece poca cosa, pero de todas formas decide ir a presenciar un partido. Allí se da cuenta de que tres chicos vigilan constantemente a Oliver. Pese a eso, el equipo de Anna gana; pero al día siguiente el portero aparece lleno de moratones y magulladuras. Kiatoski comienza a entrenar y en el siguiente partido juega de portero. Al momento, los tres ''matones'' se acercan y le chantajean para que pierda. Él no hace caso y cuando los tres matones aparecen para pegarle, se encuentran al equipo en pleno. Así no pueden hacer nada. Sólo confesar que estaban enfadados porque Anna no les dejaba jugar. Ésa fue la causa de que maltrataran al portero. De esta manera, Kiatoski resuelve un nuevo caso. Y los porteros del equipo respiran tranquilos.

Lo que más le gusta a Kiatoski es ser detective y mascar ''Carpenter's chewing gum'', el único chicle que le gusta por su sabor y porque le da energía para concentrarse. De repente, empiezan a desaparecen del quiosco todos los chicles de esa marca. Kiatoski empieza a seguir la pista al ladrón. Descubre que es un chico apodado ''el Serpiente''. Este chico y los de su panda tienden una emboscada a Kiatoski. Pero el detective, gracias a su ingenio, logrará vencerlos y devolver todos los chicles robados. Kiatoski espera que aparezca otro nuevo misterio que resolver.

Kiatoski tiene la gripe pero, desde la cama, narra su último caso. Primus, un artista de circo, le contrata porque algo extraño ocurre durante las representaciones. Su hermana Vanessa, una artista estupenda, falla siempre a la hora de tirar las mazas y una de ellas va a parar al publico. Kiatoski observa que la maza siempre va dirigida al mismo joven y que, por medio de ella, ambos se transmiten mensajes. Un dia, sigue al chico y descubre que este se reune con Vanessa y ambos acuden a un banco con algo negro en la mano. Piensa que es un pasamontañas y que van a robar el banco. Pero cuando logra detenerlos, Kiatoski comprende que nada es lo que parece. El pasamontañas es, en realidad, un pañuelo y ambos chicos han ideado este sistema con el unico fin de encontrarse, pues estan enamorados. Kiatoski se lo cuenta a Primus, que se pone muy contento porque su hermana no esta metida en ningun lio como pensaba el. Se despiden y Primus le promete al detective que le escribira para contarle como sigue la historia de los dos enamorados.