En estas memorias de uno de los más importantes escritores cubanos de la generación que irrumpe con la Revolución de 1959, se registran los años impetuosos y desgarrados, el alcance de este proceso.
Lisandro Otero, personalidad que posee la característica clave de los profetas del Antiguo Testamento que era la de no satisfacer con sus puntos de vista y opiniones a ninguno de los partidos en pugna, concurre a la escena politico-intelectual latinoamericana con un trabajo que resulta incomodo para cualquiera de los grupos involucrados en este debate que 30 años despues sigue conmoviendo a esta region cultural a la que pertenecemos cubanos y mexicanos por igual. Se trata de un texto que convoca tanto a los criticos como a los defensores del modelo socialista cubano a replantear puntos de vista sobre el futuro de la Isla, al mismo tiempo que plantea como una necesidad la importancia de realizar una transicion del pensamiento fundacional de la Cuba de Castro a fin de ofrecer una solucion viable a una sociedad que, debe reconocerse, ha encontrado en la predica marxista-castrista un principio de unidad nacional.El recuento que desarrolla Otero de la vida reciente de Cuba apasiona precisamente por la pasion con la que narra detalles que para los fundamentalistas que habitan los territorios del debate sobre el futuro de la Isla pasan inadvertidas. Su prosa facil de rapida y agradable lectura, pareceria pensaba para temas menos trascendentes que el de una revolucion que durante no poco tiempo ocupo un lugar privilegiado en la aspiracion utopica de todo un continente. Mas trascendente es, de cualquier modo, la propuesta que formula como alternativa para pensar el futuro de la Isla, y desde ahi para reformular muchos de los anhelos de justicia social que marcan con particular fuerza la muchos de los anhelos de justicia social que marcan con particular fuerza la historia del continente: la transicion de la utopia.Leer a Otero supone un reto permanente a la razon de quienes aspiran a comprender con mayor claridad los alcances del fenomeno cubano. Su lectura no puede considerarse como un ejercicio de autoafirmacion ni para los dirigentes del Partido Comunista Cubano, ni para los miembros de la Fundacion Cubano-Americana de Miami, por el contrario, es recomendable para quien quiera dudar de las razones de uno y otro y asuma el trabajo de Otero como una permanente invitacion a repensar exitos y fracasos, afirmaciones y negaciones de los valores que tradicionalmente han convocado a grandes movimientos sociales como el que encarno Cuba todavia a mediados de la decada de los ochenta.