El desbarate sufrido por el patrimonio artístico español entre fines del siglo XIX y las primeras décadas del XX nos ofrece un triste relato: la crónica de un tiempo en el que un país pobre e inculto hizo almoneda de su casa, vendiendo sus enseres al mejor postor. Una historia donde se dan cita las dudosas actividades de vendedores, intermediarios, consentidores, encubridores y compradores de un acervo cultural acumulado a lo largo de siglos de historia. El resultado es un estremecedor catalogo de piezas artisticas, de diversa naturaleza, que fueron perdidas la mayor parte de las veces en dolorosas circunstancias y hoy se encuentran desperdigadas en colecciones de todo el mundo, principalmente en Estados Unidos.William Randolph Hearst es el gran protagonista de esta narracion; el todopoderoso empresario de la comunicacion, tristemente vinculado a la pagina final de nuestra historia colonial, y fuente de inspiracion para Orson Welles en su mitica pelicula "Ciudadano Kane". Hearst fue el mayor comprador de arte español de su tiempo, un comprador compulsivo que, a traves de turbias maniobras, no dudo en vulnerar todo tipo de obstaculos legales a fin de satisfacer su insaciable apetito como coleccionista. Para ello, a golpe de talonario, conto con cooperadores en todos los estamentos sociales, desde modestos operarios, hasta dignisimos intelectuales, clerigos y politicos, quienes, por su condicion, mas obligados estaban a la defensa del legado artistico.A su lado estuvieron Arthur Byne y su esposa, Mildred Stapley; cultos, ricos y bien posicionados socialmente, ellos fueron sus principales agentes en España y protagonistas fundamentales del negocio clandestino de venta y exportacion de tesoros artisticos del pais. Autores de importantes estudios sobre arte, mobiliario y arquitectura españoles, los Byne utilizaron dichas publicaciones como catalogos de las piezas que ofrecian a museos y coleccionistas americanos.
Mientras tenía lugar la producción y estreno de "Bienvenido Mr. Marshall" (Luis García Berlanga, 1953), otros insignes representantes norteamericanos visitaban la pequeña localidad segoviana de Fuentidueña con un objetivo: adquirir su iglesia romanica de San Martin. El abside del templo era una excelente construccion idonea para completar una de las salas del museo The Cloisters (la seccion de arte medieval del Metropolitan Museum of Art de Nueva York, erigida gracias a John D. Rockefeller Jr.). El director del citado museo, James J. Rorimer (integrante durante la II Guerra Mundial del conocido grupo Monuments Men del ejercito estadounidense), retomo en 1952 una idea de 1935: adquirir y trasladar a Manhattan aquel abside romanico español. Hallo entonces condiciones optimas para llevar a cabo una iniciativa que en los años treinta resulto inviable. El nuevo horizonte venia dado por la dictadura franquista, en un momento en el cual esta trataba de salir del aislamiento internacional, contando para ello con el apoyo de Estados Unidos. ¿Como fue posible la exportacion de un monumento nacional? Esa es la pregunta a la que tratan de dar respuesta las paginas de este libro. El acceso a documentacion inedita, tanto en España como en Estados Unidos, ha permitido reconstruir los episodios que se sucedieron hasta la firma del acuerdo en 1957 y la final presentacion del monumento en Nueva York en 1961, como una cesion absolutamente excepcional en el ambito internacional. Los agentes que promovieron y facilitaron la operacion, los pagos de diversa naturaleza que mediaron en el acuerdo, las formulas para sortear la legislacion, los hilos movidos por representantes publicos y por respetados miembros de la elite cultural, asi como las voces criticas, constituyen piezas clave de una historia que hasta ahora desconociamos y era preciso desvelar.