Alberto Torres López La aparente sencillez de los juicios de desahucio no hace presagiar el gran número de cuestiones controvertidas que pueden derivarse de los mismos. El hecho de que se sustancien por los tramites del juicio verbal los dota de una especial agilidad no carente de riesgos, dada la configuracion que la LEC otorga a este proceso. Se abordan las cuestiones desde un punto de vista practico, no buscando una respuesta incontestable, muchas veces imposible, sino argumentos a favor y en contra, puesto que la profesion de abogado obliga a sostener hoy una posicion y mañana la contraria. Lo mas importante es saber que el problema existe y como abordarlo, conociendo siempre la posicion mayoritaria de la jurisprudencia, pero sin olvidar nunca aquellas resoluciones que, apartandose del resto, nos facilitan argumentos para situaciones determinadas. Se analizan los juicios de desahucio desde su inicio, incluso con anterioridad a la presentacion de la demanda, en el caso del requerimiento de pago efectuado con dos meses de antelacion para evitar la enervacion, hasta su conclusion con el lanzamiento y las multiples incidencias que pueden surgir en el mismo. Once formularios sobre la materia permiten cumplir su objetivo primordial de convertirse en manual de uso para el profesional del Derecho.
Tras siete años de vigencia de la LEC 1/2000, y abundante jurisprudencia contradictoria, se hace imprescindible determinar cuáles son las cuestiones realmente controvertidas en materia de costas y las soluciones que los distintos Tribunales estan adoptando en relacion con sus criterios de imposicion, supuestos de terminacion sobrevenida, recursos, ejecucion, las distintas partidas tasables, etc. Un ligero repaso a nuestra jurisprudencia nos lleva a concluir que, sobre esta materia, existe tal disparidad de criterios que ni siquiera los acuerdos unificadores nos proporcionan respuestas adecuadas. Se trata de una obra practica que ahonda en aquellas cuestiones sobre las que mas discrepancias existen, sirviendo de ayuda, en la medida de lo posible, a quienes en su tarea diaria acuden a los Tribunales, puesto que, como bien sabemos, el proceso no finaliza con la sentencia, sino que, tras la misma, hay que enfrentarse a la consabida liquidacion de las costas.