Una historia tierna y desopilante sobre la muerte, los duelos y las muchas formas que podemos inventar para estar juntos.Félix ama pintar. Es muy talentoso, y pintar es lo que más le gusta hacer en el mundo. Por eso, cuando decide perseguir su sueño de ser pintor, sus padres lo apoyan. Como los materiales de pintura son caros, Felix decide buscar un trabajo para ayudar con esos gastos. El señor Monk es el unico que acepta contratarlo, y la propuesta a Felix le viene como anillo al dedo: Monk es dueño de una funeraria, y Felix va a trabajar pintando... muertos. ¡Que horror!, dicen algunos. ¡Que raro!, dicen otros. Pero para Felix no hay nada raro, es un trabajo como cualquier otro, y le va a permitir tener todo lo que necesita para hacer lo que le gusta. El problema es que Felix pinta muy bien. Tan bien pinta, que algunos muertos, cuando Felix les ilumina la cara, empiezan a resucitar. ¡Es un escandalo!, dicen algunos. ¡Es un milagro!, dicen otros. ¿Y ahora que hacemos?, dice la mayoria.
Con inteligencia y profundidad, con sobriedad y sin aspavientos, la narradora de esta novela se embarca en la lectura de un mapa familiar que solo podrá iluminar a condición de no mirarlo de frente. Un recorrido que da como resultado una pieza intima y honesta, filosa, por momentos una brujula, por otros, un arma cargada de sentimientos. Aislada en el campo, en el momento mas frio y oscuro de un invierno de encierro, una mujer de cuarenta y dos años espera el resultado de una biopsia. Habita un limbo ansioso plagado de presentimientos: un mes en el que tiene y no tiene cancer. Pero esta espera la enfrenta a otros fantasmas, entre ellos el de su madre, que murio a la edad que ella tiene ahora. Los cuarenta y dos años eran su sentencia de muerte, y lo que parecia puro pensamiento magico de pronto amenaza con tornarse real.Entre las permanentes interrupciones de sus hijas y las tareas de la casa, escribe y piensa. Mira la planicie, mira el cielo, pero, como si se encontrara atrapada en una pirueta metafisica, solo puede ver el pasado -hacia adentro y hacia atras-, uno en el que su madre todavia vive, su abuela encarna una energia oscura, y ella se vuelve la cabeza de una familia.Con inteligencia y profundidad, con sobriedad y sin aspavientos, la narradora se embarca en la lectura de un mapa familiar que solo podra iluminar a condicion de no mirarlo de frente. Un recorrido que da como resultado una pieza intima y honesta, filosa, por momentos, una brujula, por otros, un arma cargada de sentimientos.
«"Querida traidora: ¿dónde mierda estás? Cuando te encuentre, te mato". Todo lo que se puede esperar de una novela que arranca así no solo se cumple, supera cualquier expectativa».Con teorías tan