Pamflet condemnatori de les doctrines de Ramon Llull i dels seus seguidors, acusats d?heretgia, ?Diàleg contra els lul·listes? es un text inusual, únic, en l?escassa literatura inquisitorial conserva
Nicolás Eymerich, inquisidor general del Reino de Aragón, escribió hacia 1376 en Aviñón un libro que alcanzaría suma importancia por su amplísima codificación de las prácticas y las argumentaciones, tanto teologicas como ideologicas, que justificaban la existencia del aparato represor de la Iglesia. Se trataba del "Directorium Inquisitorum (Manual de Inquisidores)", un tratado donde recopilo las leyes y normas esenciales para realizar correctamente la labor del inquisidor y que llego a ser la obra mas utilizada por todos los inquisidores posteriores. En el desgrana tanto la naturaleza y la razon de ser de la fe cristiana asi como la perversion que radicaba en toda herejia, presunta o verdadera, al sustentarse contra la verdad y la recta doctrina, y especialmente aborda la practica inquisitorial: quien puede remover a un inquisidor de su oficio, si expira su potestad una vez que fallece el Papa, si cabe proceder contra los reyes, si se debe juzgar por herejia a los ya muertos, si el inquisidor tiene derecho a disponer de tropa armada, que hacer en caso de disconformidad del obispo del lugar, e incluso trata sobre las carceles, los testigos, los interrogatorios, los tormentosEl dominico Eymerich se baso para la redaccion de este compendio tanto en la documentacion existente hasta ese momento como en su propia experiencia como inquisidor. Y la importancia del "Directorivm Inquisitorvm" -que gracias a la traduccion y edicion del teologo Jose Antonio Fortea tenemos hoy en nuestras manos- es tan grande que, despues de la Biblia, fue uno de los primeros textos en ser impresos en 1503 y, cuando Roma quiso hacer frente a la rebelion protestante, ordeno reeditar el libro para que se transformase en el manual imprescindible de todos los inquisidores.
EDICION FACSIMIL DE 2010. Extracto del directorio de inquisidores compuesto por el inquisidor general de Aragón, Nicolao Eymerico, hacia mediados del siglo XIV y dirigido a sus colegas. Muy apreciada, esta obra se reimprimió en Roma en 1558 y ha sido referente como regla práctica y código criminal en todo el orbe cristiano de la época.