Esta obra explora el testimonio bíblico del Dios que está, el Dios que acompaña y nunca abandona. Es una lectura del Antiguo Testamento donde se testifica del hambre y se deja entrever la dirección donde se encuentra el pan. No sacia, sino que anuncia el tiempo en que el dolor sera curado, el espacio final en el que toda mancha, por oscura que sea, sera purificada. Un Dios que aun en las peores circunstancias esta con su pueblo y lo desafia a ser constructor de un mundo con justicia y equidad. Estas paginas nos ayudaran a sumergirnos en el mundo del Antiguo Testamento y descubrir un espacio fascinante, colmado de preguntas y desafios, de palabras antiguas que resuenan como nuevas, y en el que arde una llama que las muchas aguas no pueden apagar.
Este libro surge de la convicción de que necesitamos reflexionar sobre el sentido de ser Iglesia en el mundo contemporáneo. Vivimos en una época de crisis y de rápidos cambios sociales y culturales que han cuestionado el modo de ser Iglesia tanto desde afuera -desde la sociedad donde ésta actúa- como desde adentro de ella misma. Y ello nos conduce a repasar las preguntas esenciales de la fe: • ¿Cuál es el fundamento de la Iglesia? • ¿Quiénes somos? • ¿Quién es el Cristo en el cual creemos? • ¿Cuál es la misión de la Iglesia? • ¿Qué significan los sacramentos a los que recurrimos? • ¿De qué nos salva el Evangelio? • ¿Qué es el pecado?
El presente comentario al libro del Éxodo se sustenta en la necesidad siempre renovada de leer los antiguos textos y responder desde nuestra propia cultura a las preguntas y situaciones profundas que en ellos se hallan presentes. Una comprensión reducida de las Escrituras supondría que, siendo el libro del Éxodo parte de «la palabra de Dios», su mensaje ya estaría cerrado y sería definitivo. Sin embargo, la experiencia muestra que la relación entre la Palabra y el lector es siempre dinámica, y que una particular lectura no agota el sentido, sino que actualiza sólo una parte del mensaje. De hecho, todo lector se acerca al texto inevitablemente desde un lugar y un tiempo determinados. Y esa contextualidad, lejos de limitar la comprensión del texto, la potencia.
Esta obra explora el testimonio bíblico del ?Dios que está?, el Dios que acompaña y nunca abandona. Es una lectura del Antiguo Testamento donde se testifica del hambre y se deja entrever la dirección donde se encuentra el pan. No sacia, sino que anuncia el tiempo en que el dolor sera curado, el espacio final en el que toda mancha, por oscura que sea, sera purificada. Un Dios que aun en las peores circunstancias esta con su pueblo y lo desafia a ser constructor de un mundo con justicia y equidad. Estas paginas nos ayudaran a sumergirnos en el mundo del Antiguo Testamento y descubrir un espacio fascinante, colmado de preguntas y desafios, de palabras antiguas que resuenan como nuevas, y en el que arde una llama que las muchas aguas no pueden apagar.