Un periodista se enfrenta al folio en blanco en las circunstancias más adversas: sin inspiración, sin éxito y al cuidado de una niña de dos años que apenas le deja tiempo libre. A punto de claudicar, negado a escribir otra novela, la interaccion con su hija, su propia ficcion cuando se desdobla y se convierte en Yaya, le despierta la conciencia de lo vivido. Yaya le ayuda a entrelazar personajes, a construir una trama que se acelera al ritmo en que ella crece. Y es entonces cuando aparecen el politico corrupto que se podria corresponder con el alcalde de cualquier pueblo de España en la epoca de los pelotazos urbanisticos; el periodista de investigacion que no logra cerrar la noticia; la abuela con alzheimer que cultiva un jazmin; una madre soltera que limpia habitaciones para sacar a su hija adelante; o el adolescente acomplejado que fantasea con cultivar marihuana. Son dos hilos narrativos que dialogan e interactuan entre ellos. Uno, la cronica del proceso creativo. Otro, una trama urbana llena de actualidad, inspirada en hechos reales y sustentada en la experiencia del autor a lo largo de sus 25 años como periodista. Hasta que su hija abandona sus chupetes. Yaya desaparece y lo obliga a enfrentarse en solitario al desenlace de esta historia. En realidad, de estas dos novelas.