Rafael Yzquierdo Perrín, con la rigurosidad histórica que le caracteriza, se adentra en profundidad e ironía, en aquellos terribles años cuarenta de hambre, necesidad, estrecheces, dictados, normas y el famoso Boletin Oficial del Estado. Una epoca en la que la muñeca Mariquita Perez establecia unas diferencias sociales que se palpaban en toda España. En el dia de hoy, cautivo y desarmado el Ejercito rojo, han alcanzado las tropas Nacionales sus ultimos objetivos militares. La Guerra ha terminado. Burgos, 1º de Abril de 1939. Año de la Victoria. El Generalisimo. Firmado y rubricado de puño y letra, Franco. Asi se daban por terminados los cañonazos, los bombardeos, las ametralladoras, los fusiles y las Brigadas Interancionales, es un decir, dando paso a un largo, larguisimo, periodo dictatorial en el que la mano jamas me va a temblar, que decia Franco, era una constante en su lucha contra el contubernio, la Masoneria y los rojos. A ello se le unia una machacona palabreria sobre la disciplina, la moral y el Nacional-Catolicismo, afianzados, (es otro decir), en el Ejercito, Iglesia y Partido (uno solo: F.E.T. y de las J.O.N.S.). Acciones que se afiazaban en un pueblo hundido gracias a los gritos de ¡Arriba España! y ¡Viva Franco!, con el brazo en alto y la mano extendida. Ni un hogar sin lumbre, ni un español sin pan. Pero se pasaba hambre y se tenia miedo al fuego, al fuego de los fusiles en los paseos: los fusilamientos. Se metia al estomago lo intragable, porque el racionamiento no era suficiente, era escaso, pero el estraperlo, la venta fraudulenta de articulos de primerisima necesidad, era abundante, e incluso vinculada a personas con altos cargos, que comerciaban con el
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