Robert Whitaker

En 1735 llegaba a Cartagena de Indias una expedición científica francesa. Su misión era resolver la gran incógnita de la época: ¿ cuáles eran las dimensiones exactas de la tierra? Los mienbros de esta mision nunca imaginaron las increibles aventuras que les esperaban en el Nuevo Mundo...Jean Godin, el benjamin de la expedicion, tampoco imagino que en Quito encontraria a su futura esposa, Isabel Grameson. Los recien casados se instalaron en Riobamba, pero el destino no jugo a su favor...

In the 1740s, a young scientist named Jean Godin traveled from France to Peru--a French colony in those days--as part of a project to map the earth and measure its size. There he met and married a teenage bride, Isabel Grameson, hoping to take her back to France with him. In order to get permission to do so, he left Isabel behind and trekked across the continent to confer with the colonial authorities--who promptly forbade him to return, because Isabel''s part of Peru was under Spanish rule. Twenty years later, Isabel herself set out to find her husband on a perilous journey that culminated in a long sojourn, alone, in the rain forest as she tried to survive. This dramatic true story is told against the backdrop of early scientific inquiry as well as the tortured history of colonialism in South America.

Cuando el galardonado periodista científico Robert Whitaker se percató de que entre 1987 y 2007 el número de pacientes con discapacidad por enfermedad mental se había casi triplicado, en paralelo a un espectacular aumento en la produccion de droga psicotropica, comenzo a reflexionar.Parece como si estos psicofarmacos fueranbalas magicasque dejan fuera de juego a la enfermedad mental, reinsertando a los pacientes a las filas de la ciudadania productiva. Pero numerosos estudios clinicos publicados hace mas de 50 años en prestigiosas revistas cientificas, revelaban una anomalia sorprendente: en repetidas ocasiones, las drogas psiquiatricas empeoran la enfermedad mental, y disparan los riesgos de daño hepatico, de aumento de peso, de colesterol, o de azucar en la sangre. Realmente no se sabe que causa la enfermedad mental, no hay cura o tratamiento paliativo que se encuentre en esas pildoras. Las conclusiones de Whitaker, tras examinar estos medicamentos a traves del prisma de los resultados a largo plazo, exponen el brutal engaño de una industria que mueve miles de millones.

Cuando el galardonado periodista científico Robert Whitaker se percató de que entre 1987 y 2007 el número de pacientes con discapacidad por enfermedad mental se había casi triplicado, en paralelo a un espectacular aumento en la produccion de droga psicotropica, comenzo a reflexionar.Parece como si estos psicofarmacos fueran "balas magicas" que dejan fuera de juego a la enfermedad mental, reinsertando a los pacientes a las filas de la ciudadania productiva. Pero numerosos estudios clinicos publicados hace mas de 50 años en prestigiosas revistas cientificas, revelaban una anomalia sorprendente: en repetidas ocasiones, las drogas psiquiatricas empeoran la enfermedad mental, y disparan los riesgos de daño hepatico, de aumento de peso, de colesterol, o de azucar en la sangre. Realmente no se sabe que causa la enfermedad mental, no hay cura o tratamiento paliativo que se encuentre en esas pildoras. Las conclusiones de Whitaker, tras examinar estos medicamentos a traves del prisma de los resultados a largo plazo, exponen el brutal engaño de una industria que mueve miles de millones.