Desde hace ya más de cincuenta años se oyen voces en la Iglesia latina que piden que junto a la cristología se elabore hoy una teología del Espíritu Santo (o pneumatología). La ausencia de una vivencia y de una teologia del Espiritu produce graves consecuencias negativas para la vida de las personas, para la Iglesia y para la vision de la historia. A veces esta asfixiante ausencia del Espiritu se ha suplido con sucedaneos devotos, lo cual no es saludable, como tampoco lo es el desembocar en el extremo contrario de defender un Espiritu al margen de Jesus de Nazaret, el Cristo. Frente a este deficit de Espiritu siempre es provechoso enriquecernos con la vision pneumatologica del Oriente cristiano, muy sensible al Espiritu del Señor que llena el universo. Pero podemos preguntarnos si hay otros caminos para descubrir y acceder al Espiritu desde otros lugares sociales y teologicos, concretamente desde los pobres. En la Escritura, en efecto, el Espiritu siempre esta presente en momentos de crisis, de dificultad, de pobreza, de muerte, desde el caos original de los comienzos de la creacion hasta el Apocalipsis, pasando por los profetas de Israel y por el Espiritu que brota del costado herido del Crucificado. Tambien en la historia de la Iglesia detectamos la presencia profetica del Espiritu precisamente en tiempos de noche oscura eclesial y social, en medio del silencio del magisterio y de la teologia oficial. De ahi podemos deducir que el Espiritu del Señor, que obra donde y como quiere, actua desde abajo, clama desde los pobres y siempre en funcion de ellos, pues el es el Padre amoroso del pobre, como canta el himno medieval Ven, Espiritu Santo. Esta reflexion, escrita desde America Latina, puede convertirse en fuente de esperanza y compromiso en momentos dificiles, y puede ayudarnos a sintonizar con la Iglesia del papa Francisco, muy sensible a la accion vivificante y alegre del Espiritu en la Iglesia y en el mundo de hoy. VICTOR CODINA (Barcelona 1931), jesuita, doctor en Teologia y profesor desde 1965 en Cataluña, reside desde 1982 en Bolivia, donde ha alternado el trabajo de docencia teologica en la Universidad Catolica Boliviana de Cochabamba con trabajos pastorales de formacion de laicos, colaboracion en parroquias populares y acompañamiento a comunidades de base en Oruro, Santa Cruz y Cochabamba. Ha dictado cursos de teologia en universidades de Brasil y El Salvador, y ha tenido actividades de animacion teologica en casi todos los paises de America Latina. Entre sus numerosas publicaciones destacamos: Teologia de la vida religiosa (1968); Teologia y experiencia espiritual (1977); Renacer a la solidaridad (1982); Ser cristiano en America Latina (1987); Seguir a Jesus hoy (1988); Parabolas de la mina y el lago (1990); Para comprender la eclesiologia desde America Latina (1990, nueva edicion renovada 2008); Creo en el Espiritu Santo (1994); Los caminos del Oriente cristiano (1998); Sentirse Iglesia en el invierno eclesial (2006); No extingais el Espiritu (2008); Una Iglesia nazarena (2010), Diario de un teologo del posconcilio (2013), Diosito nos acompaña siempre (2013).
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