Libros de Poesía contemporánea española del XIX al XXI, página 16 de 1500

Una noche sobre tu almohadasentí que un sueño dulcecaía despeñado hasta tu sonrisa.Allí, con un suspiro indelebleme lo arrebataste y lo hiciste tuyo.Desde entonces creoque tus labios los pintanmis de

La gente buena quiere morirse prontopara pasar de ser Héroes a ser Mitos...¡Mira que te he dicho vecesque no me dejes sólo en esta guerra.Te tendré en cuenta mientras pueday luego dejaré de luchar!Los aventureros de moda de ser angelespasan a ser malditos...¡No te vayas lejos de aquique no queden sitios por conocerno tienes que hacer nada extraordinariopara tratar de morir!

Si te amo no es por magia,ni siquiera por un hecho trascendente.Yo te quiero por el aire que respiras,yo te quiero por el cielo que iluminas,por la eterna desnudez de tu presencia.No preguntes las razones inmediatas,si te amo es ahora, no hay pasado,no hay futuro y, sin embargo,tu amor es lo mas eterno que conozco.Compañera, amiga siempre,¡como hacer estos versos expresivos,cuales serian las metaforas precisas,donde estan las palabras indicadaspara romper mis silencios egoistas!Tantas cosas que decirte se me escapanahuyentadas, temerosas, inexactas,incapaces y siempre indignasde ser puestas a los pies de tu mirada.

GENITAL Hay hombres hombres que parecen manchas sin contorno, sacados de sus conchas dicen sí, sí; pero Ella es poderosa y sus extremidades abarcan hasta el lenguaje de las flores. A medida que fui creciendo desnude la cama de insectos y plantas. Hubiese bastado un pestañeo para abandonarlo todo y entregarme al sumiso roce de su cuerpo. La menor alteracion del espejo hace que tu imagen me trasporte hasta el sueño del vaso. La muerte empieza por el sexo, la naturaleza es un continuo drama original. Todos los mortales lo son por el sexo. Nos hemos conformado con el coro de un monton de carne muerta, siempre enfermos de las cosas. Cada uno de los comensales dispone de un cuchillo bien afilado, ¿por que no utilizarlo? La belleza descarga todas sus armas en medio del alma. Lo desconocido es un obispo nervioso que no sabe dormir. He escudhado tantas cosas sobre el infierno, pero ninguna me la tome en serio, la palabra poetica no necesita ser purificada.

QUÉ DIFÍCIL ESQué diícil es quererte tanto,vivir sin tu amor, tener presenteen cada instante, a cada paso, ese retratode tus ojos sin tenerte.Qué difícil es ahogar el llanto,y arrastrarte a mi memoria a cada ratopara besar el recuerdo de tu bocay acariciar la forma de tu sombra.Que dificil es quererte a ti,confundirte con el aire, con el agua.Que dificil es querete asiintentando fundirte en esta fragua.

AUTUMNAnida mi hambreen tu ropa brevese arropa mi ansiaSe erige el templosobre las recias columnasme confunde aún el mármolRoma construye el deseoa la altura de sus cielosLevanta el techodonde mi vida no alcanza¿habitara la bestiaen esta fuerte morada?O,Se erige mi hambresobre las recias columnasa la altura del deseodonde la bestia me alcanza.

El límite que impone la orilla es nuestra primera inocencia como sujetos de una edad prolongada, que va tomando nombres prestados a la omnipotente mater societas. Esta primera identidad poética, por quererse trascendente, corresponde a la juventud, donde nos caracterizan por permanecer en nuestro lado, en nuestra orilla. La vision del otro es la mirada del frente; la imagen mezclada de nuestro propio reflejo. Y como postura vital se nos promueve acorazar nuestro emplazamiewnto, repitiendo incansablemente señas de presencia y resistencia. El disfrute de ese mundo frontal se vive desde plataformas con opuesto dueño, que recuperan su sentido central, mas en un retorno fiel a su posicion inicial que por sus logros de ida y vuelta. La relacion frontal nos permite gozar del limite que reencuentra; del deseo que coincide en un territorio intermedio; de la ilusion de igualar dos pasiones encalladas en una llama pseudo-gemela. La juventud poetica nos instala en una perenne sintonia dual donde aprendemos a repararnos por los finales, por las aristas recien estrenadas, comprobando nuestra figura inalterada, La recomposicion del lugar en el limite nos parece la razon mas profunda del existir, desatendiendo la temporalidad del transcurso que nos toca. Pero entonces, las orillas son en realidad la orilla, el comienzo de una aventura esencial, que en otras edades presentira otros bordes. Aunque el placer nos haya invadido la costa, comenzamos a adivinar un anhelo de centro a compartir..., un territorio transcendido.