EL LOBO Y LA SERPIENTE

sib

16/10/2025

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Empecé El lobo y la serpiente con muchísima ilusión. La premisa me parecía preciosa: un matrimonio concertado entre dos personajes heridos, una maldición hereditaria, un mundo lleno de intrigas políticas y magia latente. Desde los primeros capítulos sentí que estaba ante un libro con un potencial enorme. Vasalisa y Reid me resultaban personajes muy interesantes, con una tensión emocional prometedora y una dinámica basada en el respeto, la calma y la empatía. Es cierto que la autora da más protagonismo a la trama política que a la romántica, pero aun así el libro me estaba enganchando y disfrutaba mucho de su lectura. Aunque esperaba algo más centrado en el vínculo sentimental —por cómo se ha vendido el libro—, lo que iba encontrando me parecía coherente dentro de su propio tono: un mundo bien construido, una historia de alianzas y una tensión romántica que avanzaba despacio pero con base. Había decisiones de los personajes que no terminaba de entender, pero confiaba en que la autora las justificara más adelante, conforme la historia avanzara. Sin embargo, llegó un punto en que esa justificación nunca llegó. Para mí, la escena clave es la del capítulo 17. Sin entrar en detalles, era un momento que podía haber desencadenado la conexión emocional entre los protagonistas y consolidado todo lo que se había venido gestando a fuego lento. Pero esa escena se corta de forma fría y repentina, de un modo que rompe por completo la coherencia del personaje masculino. Reid llevaba toda la novela guiado por una línea emocional clara —respeto, constancia, cuidado—, y su reacción en ese momento no encaja con nada de lo que el texto había construido sobre él. No hay explicación posterior, ni reflexión, ni diálogo. La narración simplemente sigue adelante, centrada de nuevo en la política, y todo lo emocional queda suspendido. Ahí fue cuando me desconecté del todo. No porque la historia me pareciera mala —de hecho, el mundo y la idea me siguen pareciendo buenos—, sino porque se rompió el eje emocional que me mantenía dentro de ella. Me quedé con la sensación de que el romance, que prometía ser el corazón de la novela, acabó reducido a un complemento lateral.

Paula

22/09/2025

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Es una buena historia, engancha la forma de comenzar y tiene algunos detalles curiosos, pero es algo predecible y hay giros que no terminan de sorprender... Aún así, es una lectura entretenida

Paloma

07/09/2025

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