En 1959, hace dos tercios de siglo, Ingmar Bergman proclamaba en uno de sus textos más célebres, comentados y estudiados: «Yo soy cineasta, no escritor, el cine es mi medio de expresión, no la palabr
Felipe Celesia reconstruye la trama íntima y política de una película que marcó a la Argentina y al mundoEsta es la historia de dos personas, una película, un país y una época. Casi nada de eso ha quedado, pero la pelicula sigue alli, singular, potente y orgullosa, para recordarnos los sueños de la Argentina que fuimos y señalarnos la oscuridad de la que somos.La hora de los hornos, el filme de Octavio Getino y Fernando "Pino" Solanas acaso sea el documental mas importante (en caso de que una valoracion asi resulte pertinente) que se ha producido en este pais. Es cine en estado de revolucion alumbrado al calor de un momento de la historia en el que el cambio se intuia inexorable. En un ejercicio radical de reconstruccion, Felipe Celesia cuenta todo eso "que ya no existe": las infancias de Solanas y Getino, el modo en que se conocieron, las decisiones y discusiones que pavimentaron el camino hacia la obra maestra, el clima de epoca, la belleza y la violencia, los sueños alcanzados y aquellos que quedaron truncos. Como el mismo autor dice, esta es la historia de un tiempo "en el que hacian peliculas que conmovian, que inspiraban a los europeos como modelos de accion politica y artistica". * * * Jean-Luc Godard: ¿Cual es el deber del cineasta revolucionario?. Pino Solanas: Utilizar el cine como un arma o un fusil, convertir la obra misma en un hecho, en un acto, en una accion revolucionaria.
Poeta, homosexual, comunista, tradicionalista, revolucionario, católico, cineasta, profesor, amante, egocéntrico, tímido, burgués. Pier Paolo Pasolini (1922 – 1975) fue una figura contradictoria y po
From childhood, Christopher Miles was fascinated by celluloid. This love of the moving image announced itself early: he was just 17 when the BBC screened his first film in 1957. To be a filmmaker, Miles had to sidestep parental plans to enrol him in the family steelworks. He had already been filming in communist China and Argentina when he escaped to Paris where he made his first professional film. Later, working mostly in Europe and America, Miles made a string of intriguing and unusual films, two exploring his obsession with D.H. Lawrence, others bringing works by Jean Anouilh and Jean Genet to the big screen. He writes revealingly of his relationship with his father, of whether he is related to the royal family, and of the host of key figures in the film industry he worked with. Among the stars of his films are Ian McKellen, Ava Gardner, John Gielgud, Susannah York, Franco Nero and Charlotte Rampling. This compelling account goes behind the scenes, setting the films in context and giving the reader a very personal view of contemporary film-making.