Pasaron más de treinta años de la caída del comunismo y nuestras ideas sobre lo que fue Europa del Este todavía replican lugares comunes de la Guerra Fría: sociedades controladas por la policía secreta y el miedo a la delacion, una camarilla de sangrientos burocratas que llegaban desde Moscu para reprimir cualquier atisbo de disidencia, economias caracterizadas por el atraso y la escasez. En un formidable trabajo de sintesis que renueva los terminos del debate, Agustin Cosovschi y Jose Luis Aguilar trazan la historia del comunismo desde las primeras luchas socialistas en el siglo XIX hasta su colapso en los umbrales del siglo XXI. Narran el ciclo de violencia de la Primera Guerra Mundial, la Revolucion Rusa y su prolongacion en la Guerra Civil. Explican el momento bisagra en que comienza un enfrentamiento global entre los Estados Unidos y la Union Sovietica. Pero sobre todo muestran como el socialismo de Estado, lejos de ser una realidad monolitica digitada por completo desde Rusia, fue configurandose en cada pais en funcion de las tensiones etnicas, la busqueda de independencia nacional, los liderazgos locales y las demandas de la poblacion. De Checoslovaquia y Yugoslavia a Hungria, Polonia, Bulgaria y Rumania, pasando por la Alemania dividida, los autores relatan los intentos de reforma y apertura posteriores a la muerte de Stalin, la increible modernizacion economica y cultural de los años sesenta encarnada en el consumo, la rebeldia juvenil y la liberacion sexual, asi como los limites infranqueables en materia de pluralismo politico y flexibilizacion productiva. Sin minimizar los crimenes del comunismo, este libro revela que el socialismo de Estado no fue un sistema aislado de las corrientes globales, y que sus diversas expresiones aun fracasadas prueban su plasticidad y su aspiracion constante de modernizacion. Una obra de referencia para entender un proceso historico tan fascinante como polemico, con estribaciones que llegan hasta hoy.
During the Nazi regime, people were primarily evaluated based on their economic utility to the "national community." Individuals with mental illnesses, intellectual disabilities, or those labeled as "asocial" were classified by Nazi eugenicists as "hereditarily ill," forcibly sterilized, gassed in extermination centers, lethally injected in so-called healing and nursing homes, or starved to death. In an interview, the former commercial director of the Mainkofen District Hospital in Deggendorf, Lower Bavaria, answers questions about how the Nazi murder program was implemented in the clinic he managed.