Edición de María Teresa Ruestes con la colaboración de Antonio Ramajo y José Solís de los Santos.Fernando de Herrera publicó relativamente poco y es recordado sobre todo por su propia colección poética, Algunas obras (1582), dechado de precision clasicista y exquisitez lirica. Admiradores y amigos de Herrera, encabezados por el pintor Francisco Pacheco, publicaron en 1619 un grueso volumen de Versos del sevillano, muchos de ellos ineditos.La presente edicion para la BCRAE sigue el volumen impreso en 1582, del que se han cotejado todos los ejemplares conocidos, incluido uno que contiene correcciones manuscritas del propio autor. Se estudian asimismo las diferencias entre esa edicion y la postuma (1619), para otorgarle a esta ultima mayor relevancia autorial de la que se le habia reconocido; se han tenido en cuenta tambien los manuscritos conservados, en especial uno de 1578 con abundantes poesias no recogidas en los impresos, y el conjunto se completa con cuatro poemas latinos de juventud.El resultado es una edicion cuidada al detalle que se erige en interpretacion integral de una de las cimas indiscutibles de la poesia amatoria, elegiaca y heroica del Siglo de Oro.
Los mejores poemas de Emily Dickinson, una de las escritoras más extraordinarias y enigmáticas de todos los tiempos.Edición bilingüe y traducción revisada«No hay, que yo sepa, una vida más apasionada
La colección «Poesía portátil» nos traeEntre Rita y mis ojos, un fúsil, antología que permite explorar el mundo lírico de Mahmud Darwish,poeta palestino y un referente en la literatura árabe contempo
Edición, estudio y notas de Juan Casas RigallJuan de Mena (Córdoba, 1411-Torrelaguna, 1456) fue testigo de excepción de las vicisitudes políticas y culturales en la corte castellana de Juan II y protagonizo un proceso que pocos autores han podido arrogarse: la creacion de una nueva lengua poetica, constituida en modelo indiscutible durante mas de medio siglo, en el transito de la Edad Media al Renacimiento.Conservamos una cincuentena larga de composiciones poeticas de Mena, entre las que descuellan las tres grandes visiones alegoricas: la Coronacion a Don Iñigo Lopez de Mendoza, con un cumplido comentario en prosa del propio autor; la obra maestra, el Laberinto de Fortuna, y el inconcluso Debate de la Razon contra la Voluntad. Tampoco faltan ejemplos de los otros cauces señeros del tiempo: composiciones amorosas, poesia laudatoria, piezas de disputa literaria o versos burlescos. Desde mediados del Cuatrocientos, los principales cancioneros acogieron su obra y Mena se convirtio, a finales de siglo, en el primer poeta clasico español.La edicion de Juan Casas Rigall para la Biblioteca Clasica de la Real Academia Española edita la totalidad de su obra poetica conocida y de plausible atribucion, sometida a un minucioso analisis critico de la tradicion textual (manuscrita, incunable e impresa posterior), en algunos casos muy copiosa y compleja, y acompañada de una contextualizacion y una anotacion que restituyen la singularidad del empeño poetico, intelectual y politico de Juan de Mena, de tan elevados horizontes en su tiempo.