Enseñar filosóficamente es mostrar, como lo hacen Pierre Hadot y Michel Foucault, que, por encima del conocimiento de esta o aquella teoría, de este o aquel concepto, se encuentra la posibilidad del sujeto de abrir nuevos modos de desarrollo al ser en su propia humanidad y en la de los otros. Un filosofo enseña a vivir en una determinada relacion con la verdad, con uno mismo y con los otros. Pero un psicagogo es un modelo, un guia de almas, un pionero que se atreve a recorrer sendas nuevas, inexploradas, enseñando posibles caminos a otros, que habran de seguirlos y, mas tarde, abandonarlos, a su manera. Y es un maestro aquel que ha dejado atras la concepcion de una verdad como formula universal, solucion y resolucion del ser humano, para elevarse a la idea de una verdad como busqueda.Los asuntos de los que se ocupa este ensayo son importantes, y desde luego merece la pena considerarlos estudiosamente y con cierto detenimiento. Todo tiene que ver con una antigua tradicion intelectual que, en el mundo helenistico y romano, considero la filosofia resultado de una eleccion existencial, como una forma de vida, un cierto arte de vivir o, dicho en los terminos que Pierre Hadot trato en sus investigaciones y que, entre otros, Michel Foucault recogeria despues, como un ejercicio espiritual. El filosofo antiguo, antes de ponerse a escribir y componer un discurso, hablaba, y no podia hacerlo sino en el seno de una relacion con aquellos que querian iniciarse en la busqueda de la sabiduria, con el unico proposito de aprender el arte del cuidado de si mismos, aprendiendo a estar enteramente presentes en cada aqui y ahora, para afrontar las pruebas de vida y el acontecimiento de la muerte con cierta dignidad y serenidad. Filosofamos, o sea, aspiramos a la sabiduria, porque somos finitos, porque tenemos un conocimiento anticipado de nuestra muerte, porque el ser humano es el unico ser que sabe que va a morir, y ese saber le angustia. Los autores de los que habla Fernando Fuentes en su ensayo (y en especial Hadot y Foucault) mencionaron estas cosas y en sus libros, ensayos, conferencias y entrevistas nos dejaron un legado que nosotros podemos leer ahora para nuestro propio buen uso, quiza porque eso que llamamos "educacion" no tiene que ver con otra cosa que con el aprendizaje de un buen uso de uno mismo.
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