Inspirado libremente en la vida de Cyrano de Bergerac, un estrafalario escritor y filósofo gascón del siglo xvii, este drama de capa y espada, pleno de romanticismo, de Edmond Rostand obtuvo durante su estreno en 1897 un éxito clamoroso. El protagonista, espadachín terrible, polemista violento, brillantemente locuaz y célebre por su desproporcionada nariz, oculta una pasión avasalladora por su prima Roxana, que, a su vez, está enamorada de Christian, un guapo cadete carente de ingenio. Mediante un pacto, Cyrano escribirá, enajenado por un juego que lo embriaga y angustia, las intensas cartas de amor que su rival envía a la joven. Sólo mucho tiempo después de la muerte de Christian, cuando ya es imposible recuperar el tiempo perdido, se descubrirá la verdad. La obra ha dado lugar a cuatro óperas y a diversas películas, de las que destacan las protagonizadas por José Ferrer (1945) y por Gérard Depardieu (1990). Esta traducción de Mauro Armiño respeta la métrica del original francés.
Ficha técnica
Traductor: Mauro Armiño
Editorial: Alianza Editorial
ISBN: 9788420662381
Idioma: Castellano
Número de páginas: 392
Tiempo de lectura:
9h 21m
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 02/04/2008
Año de edición: 2008
Plaza de edición: Madrid
Colección:
El Libro de Bolsillo
El Libro de Bolsillo
Peso: 276.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Edmond Rostand
Edmond Rostand, hijo del economista y escritor Jean Rostand, nació en Marsella el 1 de abril de 1868. En 1888 escribió su primera obra de teatro. Estudió la carrera de derecho, pero nunca llegó a ejercer como abogado. Se casó en 1890 con Rosemonde Gérard, quien también escribía poesía, y tuvieron dos hijos. En 1915, Rostand dejó a Rosemonde por la actriz Mary Marquet, el último amor de su vida. Edmond Rostand alcanzó su primer éxito en 1894 con la obra en versoLes Romanesques,, pero el triunfo absoluto le llegará en 1897 conCyrano de Bergerac. En 1901, fue elegido miembro de la Académie Française, y empezó a escribir su nueva obra,Chantecler, que no se estrenaría hasta 1910. Rostand había trabajado en ella durante muchos años y se debía convertir en la culminación de su carrera. Pero aunque no es un fracaso absoluto, la obra no convence al público. Desde entonces, sus nuevas obras no llegan a los escenarios, aunqueCyrano de Bergeraccontinúa siendo representada sin interrupción. Durante la Primera Guerra Mundial, Rostand se implica de muchas maneras en la defensa de los soldados franceses y pasa incluso unos días en el frente. El 2 de diciembre de 1918 muere en París, víctima de la epidemia de «gripe española» que azota Europa.