"Me gusta lo impensado; me atre lo desconocido. No comprendo la existencia de las personas que se levantan todos los dñias a la misma hora y comen el cocido en el mismo sitio. Si yo fuera rica, no tendría casa. Una maleta grande y viajar siempre (....). "Cuesta creer que la autobiografía de Carmen Burgos, que escribiera a petición de Ramón Gomez de la Serma, pertenezca a una mujer del siglo XIX. Pareciera un espíritu de luz perdido, que vino prematuramente a insertarse en una sociedad que no la podía entender y contra la que luchó para deshacer sus normas primitivas negadoras de la emancipación del talento, de la capacidad, de la inteligencia y de la sensibilidad en favor de los derechos universales, del voto femenino, del valor de la mujer para el desarrollo de la sociedad. Pero convencida de que la sociedad podía ser deconstruída pora concebirla de manera más justa encausó su obra por diferentes temas y procedimientos narrativos, todos comprometidos son su ideal de renovación social. Convirtió en víctimas a las protagonistas de El Abogado y de El Artículo 438, como pruebas para demostrar que la idefensión de la mujer en el Código Civil de 1870, y la exclusión de las mujeres como voces importantes de la sociedad. Criticó la enloquecida carrera por las posesiones y el interés de ocupar lugares en los altos estratos sociales en Villa María y los Huesos del abuelo. ...
Carmen de Burgos (Colombine) (1867-1932). Es la mayor figura femenina de la vida literaria española del primer tercio del siglo XX, nuestra Edad de Plata, y hemos de recordar también su importancia histórica para trazar la trayectoria del feminismo español. Guiada por una visión racionalizadora y por un hondo vitalismo, contribuyó a la regeneración y modernización de España divulgando los avances del progreso europeo. Muchas veces pionera, fue primera periodista profesional (1903) y corresponsal de guerra (1909); promovió desde la prensa las primeras campañas en favor del divorcio (1904), del voto femenino (1906), siempre en defensa de la igualdad de la mujer, y de las conquistas de derechos para toda la sociedad. Nos legó una obra inmensa que la convierte en una gran polígrafa, con cerca de trescientos títulos: novelas largas y cortas, cuentos, ensayos, biografías, estudios literarios, libros de viajes, traducciones, junto a varios miles de artículos en la prensa española, europea y americana (de Nueva York a Buenos Aires). Habló en las tribunas más prestigiosas dentro y fuera de España: la Sorbona, el Museo del Louvre, o en las universidades de distintos países. Recibió homenajes y condecoraciones (Comendador da Orden de Santiago da Espada). Presidió organizaciones feministas (la Cruzada de Mujeres Españolas, la Liga Internacional de Mujeres Ibéricas e Hispanoamericanas). Fue miembro de la Academia das Ciencias de Portugal, mencionada para la RAE y, antes de su muerte, en 1932, ingresó en la Sociedad Económica Matritense de Amigos del País, reconocida como gran figura intelectual de España.