Esta nueva colección nace con el afán de acercar a un público no especialista las obras fundamentales de la literatura española, desde los orígenes de nuestras letras hasta finales del siglo XX. A diferencia de lo que ocurre en otras grandes culturas europeas con su patrimonio literario, nuestros clásicos constituyen unn territorio mal conocido por el público español. Una de las razones de este fenómeno tiene que ver con la presentación que suelen adoptar las ediciones de las obras: el texto -que es lo que verdaderamente interesa a la mayoría de lectores- aparece acompañado en las grandes ediciones académicas -como sucede, por ejemplo, con nuestra propia «Biblioteca clásica»-, de un gran aparato erudito que, aunque sea absolutamente imprescindible para el especialista, abruma a quienes buscan sobre todo el placer de la lectura y les disuade de comprar ese tipo de libros. Así, pues, Clásicos y Modernos se inicia con la voluntad de restituir el legado literario español a su verdadero público, el común de los lectores, sin privarlo del rigor exigible a toda buena edición. En otras palabras, la colección propone, a través de una presentación racional, conciliar el disfrute directo de las obras con la información mínima pero necesaria para la plena comprensión de éstas.
Ficha técnica
Editorial: Booket
ISBN: 9788484321194
Idioma: Castellano
Número de páginas: 752
Tiempo de lectura:
18h 3m
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 26/10/2000
Año de edición: 2000
Plaza de edición: Barcelona
Colección:
Clásicos y Modernos
Clásicos y Modernos
Número: 1
Alto: 19.5 cm
Ancho: 12.0 cm
Grueso: 4.0 cm
Peso: 500.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Mariano Jose de Larra
Nació el 24 de marzo de 1809 en Madrid. Asistió a un colegio de jesuitas, que abandonó para completar sus estudios en Valencia y Valladolid. Al finalizar, trabajó en dos periódicos de su propiedad, El duende satírico del día (1828) y El pobrecito hablador (1832-1833), algún tiempo después colaboró como crítico de teatro con el diario nacional La revista española, donde utilizaba el seudónimo de Fígaro. Recibió una gran influencia del neoclasicismo francés, que aparecía en contraposición con su vida, ya que se convirtió en un símbolo de la confusión romántica. Se suicidó el 13 de febrero de 1837.