A primera vista, "Himmelweg" es una obra de teatro histórico. En realidad, es -quiere ser- una obra acerca de la actualidad. Habla de un hombre que se parece a casi toda la gente que conozco: tiene una sincera voluntad de ayudar a los demás; quiere ser solidario; le espanta el dolor ajeno. Sin embargo, también como casi toda la gente que conozco, ese hombre no es lo bastante fuerte para desconfiar de lo que le dicen y le muestran. No es lo bastante fuerte para ver con sus propios ojos y nombrar con sus propias palabras. Se conforma con las imágenes que otros le dan. Y con las palabras que otros le dan. "Camino-del-cielo", por ejemplo. No es lo bastante fuerte para descubrir que "Camino del cielo" puede ser el nombre del infierno. No es lo bastante fuerte para ver el infierno que se extiende bajo sus pies. Un delegado de la Cruz Roja al que se encarga inspeccionar un campo de concentración y ante el que se presenta una mentira aceptable. Ese personaje fue mi punto de partida. Pero siguiendo sus pasos en ese viaje por un infierno que no lo parece, encontré a otros personajes no menos actuales, no menos cercanos. Para empezar, el conductor de la representación, el comandante del campo. Tiene ante sí la ocasión de realizar el más ambicioso sueño que ningún director de escena concibió jamás: la obra de arte total. Pero la perfección de esa obra exige de él que sólo piense en el arte y en nada más. Que deseche cualquier rasgo de compasión en su mirada. Entonces sí, entonces todas las vidas reunidas en el campo estarán a su completa disposición, como muñecos en manos del titiritero. Entre esas vidas amenazadas está la del hombrecillo que sirve al comandante de portavoz ante sus actores. Ese hombre ha de soportar una responsabilidad enorme. No sabe si está trabajando por la salvación de su pueblo o si está cooperando con los verdugos. Si está ganando tiempo o si está entregando a su gente a un destino peor que la muerte. El delegado de la Cruz Roja, el comandante del campo, el jefe de la comunidad judía: sobre ese triángulo se levanta "Himmelweg".
Ficha técnica
Editorial: Ñaque Editora
ISBN: 9788496765375
Idioma: Castellano
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 04/10/2011
Año de edición: 2011
Plaza de edición: Ciudad Real
Especificaciones del producto
Escrito por Juan Mayorga
Si, como escribió Balzac, los sucesos principales en la vida de un escritor son sus obras, no hay duda de que cada uno de sus libros sería una minuciosa guía de cada uno de los acontecimientos más notables de la biografía del autor. Con todo, cabría añadir que Juan Mayorga, nacido en Madrid en 1965, es licenciado en Matemáticas y es doctor en Filosofía. Acaso su obra se nutra precisamente de ambas materias («un matemático –nos dice– es alguien que reconoce la afinidad entre formas; y la filosofía es el asombro radical, la interrogación sobre uno mismo»). No en vano, en su tesis doctoral, publicada por Anthropos en 2003 bajo el título de Revolución conservadora y conservación revolucionaria, estudió la obra de Walter Benjamin. Asimismo ha adaptado para la escena textos de Dürrenmatt, Calderón, Dostoievski, Valle-Inclán, Ibsen, Shakespeare o Eurípides… Huellas que, de alguna manera, forman parte de su poética, pues, en su opinión, «tener una relación íntima con textos mayores te permite entrar en la cocina de los grandes y uno espera que algo se le pegue de todo eso». Su teatro, traducido a una treintena de idiomas, ha obtenido numerosos premios –«hacen que te sientas más responsable, no deberían hacerte más conservador»– como el Ojo Crítico, el Valle-Inclán, los Premio Nacionales de Teatro en 2007 y el de Literatura Dramática en 2013 por La lengua en pedazos, con la que debuta como director de escena con su compañía La Loca de la Casa.