La obra dramática de Juan del Encina supone tanto un punto de partida como un punto de llegada: sus primeras eglogas compendian y elevan a la excelencia los logros del teatro medieval castellano, mientras que en sus últimas piezas se perfilan nuevos horizontes, al arrimo de la influencia de Italia. Esta edición reúne el teatro enciniano completo, formado por las ocho eglogas del Cancionero de 1496 y las seis piezas compuestas a partir de esa fecha. Para preparar el texto crítico, Alberto del Río ha consultado la totalidad de testimonios antiguos, algunos de ellos conservados en ejemplar único. La anotación supera con mucho los esfuerzos precedentes por esclarecer los problemas que plantea el uso del sayagues, deslinda con precisión las fuentes utilizadas y sitúa en su correcta perspectiva histórica, entre la tradición nacional del medievo y las renovadoras perspectivas renacentistas, los versos de quien ha sido saludado como padre del teatro español.
Ficha técnica
Editorial: Editorial Crítica
ISBN: 9788484322849
Idioma: Castellano
Número de páginas: 504
Tiempo de lectura:
12h 3m
Encuadernación: Tapa dura
Fecha de lanzamiento: 13/11/2001
Año de edición: 2001
Plaza de edición: Barcelona
Colección:
Biblioteca Clásica
Biblioteca Clásica
Número: 1
Alto: 19.5 cm
Ancho: 12.0 cm
Grueso: 2.7 cm
Peso: 584.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Juan del Encina
Juan de Fermoselle (Salamanca, h. 1468), hijo de zapatero, se graduó de bachiller en leyes por el Estudio salmantino, recibió las órdenes menores y fue nombrado capellán de coro de la catedral en 1490; parece que en ese momento cambió su apellido por el de Encina. Además de los vínculos eclesiásticos, buscó el mecenazgo del segundo duque de Alba, sin resultados perdurables, y en fecha cercana a 1500 partió para Roma, donde se estableció al arrimo de varios papas. Desde ahí peregrinó a Jerusalén en 1519 y posteriormente dejó la Ciudad Eterna por León, donde murió a finales de 1529 o principios de 1530. Traductor en verso del Virgilio pastoril y notable poeta de cancionero, su aportación más perdurable son sus églogas dramáticas, compuestas tanto en su período salmantino como durante la etapa romana.