ROMANICO Y BIZANTINO

El arte románico deriva de la tradición artística romana y del contacto entre el cristianismo, los pueblos germánicos y las culturas bizantina e islámica. Su extensión en el tiempo se sitúa entre los siglos X y XII. En la arquitectura románica predominan dos elementos: el arco de medio punto y la bóveda de cañón, así como la escasa abertura al exterior. Podemos considerar la catedral de Santiago de Compostela como la obra cumbre de la arquitectura románica. La pintura, de clara influencia bizantina se caracteriza por la ausencia de movimiento y la falta de perspectiva. El arte bizantino nace en el Imperio Romano de Oriente en la primera mitad del siglo iv y se desarrolla hasta la primera mitad del siglo xv, extinguiéndose con la toma de Constantinopla por los turcos. El arte bizantino tuvo una gran influencia en el arte medieval europeo y trazó las líneas maestras del arte religioso del Próximo Oriente y de la Europa del Este. La arquitectura se caracteriza por la monumentalidad de sus creaciones, utiliza el plano de la basílica heredado de los romanos, el plano circular de los martina y la cruz griega. El máximo exponente de la arquitectura bizantina es la Iglesia de Santa Sofía, en Estambul.